Policías vigilan a manifestantes que protestan contra la brutalidad policiial y los asesinats extrajudiciales en la campaña antidrogas del presidente Rodrigo Duterte, este viernes en Quezón
Policías vigilan a manifestantes que protestan contra la brutalidad policiial y los asesinats extrajudiciales en la campaña antidrogas del presidente Rodrigo Duterte, este viernes en Quezón - EFE

Filipinas anuncia que EE.UU. renovará sus bases militares en el país

Tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, el presidente Rodrigo Duterte parece dispuesto a una relación más amable con Washington

Corresponsal en Rangún Actualizado: Guardar
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Tras meses de desencuentros entre Filipinas y Estados Unidos, los vientos verbales entre ambos países se han transformado ahora en una aparente brisa. Según ha reconocido el ministro de Defensa filipino, Delfin Lorenzana, Estados Unidos renovará y ampliará sus instalaciones en las bases en su territorio. De igual modo, Lorenzana confirmó que el pacto mejorado entre ambos países de cooperación en Defensa (EDCA), que permite precisamente la expansión rotativa de tropas, buques o aviones estadounidenses en las cinco bases en la región, se encuentra aún operativo.

En septiembre, Duterte anunciaba que su relación con Estados Unidos estaba cercana a un punto «de no retorno», mientras avisa de su intención de estrechar lazos con Rusia y China con el objetivo de abrir nuevas alianzas comerciales.

Solo un mes después, Duterte volvía a tensar la cuerda de las relaciones durante las maniobras militares conjuntas entre Filipinas y EE.UU., realizadas anualmente y que tienen su origen en el Tratado de Defensa Mutua de 1951. Entonces, el mandatario anunciaba que estos ejercicios, llevados a cabo en la isla norteña de Luzón y donde toman parte hasta dos millares de efectivos militares, pueden ser los últimos.

La realización de las maniobras militares conjuntas (denominadas Balikatan, «hombro con hombro» en lengua tagalo) se fundamenta en el Tratado de Defensa Mutua de 1951, que invoca un apoyo común en caso de ataque por parte de un tercer Estado. «Esta es una alianza robusta y que beneficia a nuestros países», destacaba en este sentido el entonces portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

Venta de fusiles suspendida

Posteriormente, ya a comienzos de diciembre, Duterte volvía a descargar sus iras sobre Gobierno de Estados Unidos, tras anunciar la suspensión de la venta prevista de 26.000 fusiles de asalto para su país.

Días antes, el Departamento de Estado norteamericano había dado marcha atrás en la operación, tras el rechazo público del senador Ben Cardin a la misma. Cardin es el principal miembro del Partido Demócrata en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.

«Fíjense en estos monos, las 26.000 armas que queremos comprar no nos las quieren vender», aseguró Duterte, quien sugirió su disposición a adquirir los fusiles de China o Rusia. Sin embargo, tras la victoria de Donald Trump, el mandatario filipino parece estar dispuesto a una relación más amable con EE.UU.

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