Lázaro Báez fue detenido hace dos días
Lázaro Báez fue detenido hace dos días - AFP

El clan Kirchner, en apuros tras la detención de un empresario amigo

Argentina asiste a un repentino combate judicial contra la corrupción

Buenos Aires Actualizado: Guardar
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Argentina asiste a un repentino combate judicial contra la corrupción. Blanqueo de dinero, sobornos, comisiones ilegales y sobreprecios en obras públicas forman parte de los delitos que los jueces adjudican a personajes que estuvieron en el corazón del poder político durante los tres gobiernos kirchneristas (2003-2015). En este torbellino de operaciones modelo «mani pulite» el cerco sobre el anterior Gobierno se estrecha.

La detención, el pasado fin de semana, de Ricardo Jaime, emblemático exsecretario de Transporte de Néstor Kirchner, estuvo seguida el martes del espectacular arresto de Lázaro Báez, empresario al que se atribuye formar parte de operaciones de blanqueo de dinero y ser testaferro y socio de Kirchner. Junto a él cayó Daniel Pérez Gadín, su contable y uno de los hombres que aparecían en un vídeo escandaloso –detonante de los últimos arrestos– donde se contaban, en unas oficinas, millones de dólares y euros de origen presumiblemente ilícito.

«Es tiempo de contar mi verdad», escribió Báez, en un mensaje de texto difundido por un periodista de la agencia Opi, azote de la corrupción en la provincia de Santa Cruz, donde el ahora detenido, gracias a Kirchner, pasó de ser un empleado raso del banco de la provincia a forjar una fortuna de decenas de millones de dólares.

La «verdad» de Báez puede significar la caída en desgracia definitiva del clan Kirchner en cuyos negocios fraudulentos están involucradas las hijas de Alicia Kirchner y Máximo, el único hijo varón de la expresidenta. Sin embargo, tanto Báez como su hijo Martín y Pérez Gadín se negaron ayer a declarar por consejo de sus abogados. A Báez, envuelto desde hace dos años en la causa que instruye el juez Casanello –apodado hasta hace unas horas «tortuga» por su falta de dinamismo–, le detuvieron por temor a que se fugara. Había partido en su jet privado desde Santa Cruz a Buenos Aires sin entregar la hoja de ruta.

Ahora Cristina Fernández tendrá que declarar como imputada por la venta a futuro de millones de dólares del Banco Central a un precio inferior al del mercado en la recta final de su gobierno. La viuda de Kirchner se refugió en casa de su cuñada y gobernadora de Santa Cruz. El destino de ambas parece ligado al testimonio de Báez.

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