Cadena perpetua para el inventor danés que asesinó a una periodista en su submarino

Un tribunal danés ha condenado a cadena perpetua al inventor Peter Madsen por asesinar en su submarino a la periodista sueca Kim Wall

ROSALÍA SÁNCHEZ

La sentencia a cadena perpetua considera probado que planeó cuidadosamente el crimen con motivación sexual , agredió y torturó a su víctima antes de asesinarla y después troceó el cuerpo y lo arrojó por partes al mar desde su barco . «El tribunal debe ver el caso desde una perspectiva amplia y usar el sentido común. Dos salieron a navegar, solo volvió uno», justificó el fiscal Jakob Buch-Jepsen, quien recordó que Peter Madsen se había aprovisionado de cintas, correas y destornilladores, y que los vídeos sobre ejecuciones y torturas de mujeres hallados en el disco duro de su ordenador refuerzan la tesis de que todo fue planeado con premeditación. El condenado asegura que recurrirá la sentencia .

La periodista Kim Wall había contactado con el inventor meses antes para acordar una entrevista, lo que, según la sentencia, la convirtió en una víctima casual del «perverso polimorfo». Su novio denunció esa misma noche la desaparición porque Kim no había vuelto a casa , pero Madsen comenzó negando los hechos y declarando que vio por última vez a la periodista viva en tierra, de vuelta de la travesía en la que había tenido lugar la entrevista y tras dejarla en una cafetería donde se despidieron, en agosto de 2017. Después fue cambiando en sucesivas declaraciones su versión, a medida que iban apareciendo partes del cuerpo de la periodista y pruebas en los restos del barco, que había sido hundido después del asesinato.

La sentencia acepta los informes psiquiátricos que definen a Madsen como un «perverso polimorfo» , movido por el morbo sexual y con características de «psicópata afectuoso». Apodado por la prensa danesa como «Racket Madsen», el ingeniero autodidacta de 47 años tenía delirios de grandeza, estaba convencido de que conquistaría cielos y mares con sus inventos, tanto en el ámbito espacial como en el marítimo, y no era capaz de soportar una respuesta negativa, que posiblemente fue lo que desencadenó el asesinato de la periodista.

Algunos de sus allegados han reconocido que es un hombre de temperamento errático, pero admiten también que con sus brillantes ideas y con su decidida capacidad de emprendedor era capaz de ganarse las simpatías de todo el mundo. A los 15 años, fundó su primera empresa, Danish Space Academy, con el fin de comprar piezas para construir un cohete. «Mi pasión es encontrar la forma de viajar por mundos más allá de lo conocido», escribió en el portal de su asociación espacial, RML Space Lab. Tras la muerte de su padre, a quien compara con un «comandante de campo de concentración», comenzó estudios de ingeniería, que abandonó cuando consideró que ya había aprendido bastante. En 2008, botó el UC3 Nautilus , entonces uno de los mayores submarinos privados del mundo, y en paralelo siguió adelante con su carrera espacial. En junio de 2011, lanzó un cohete desde una plataforma flotante frente a la isla de Bornholm, en el mar Báltico en colaboración con un exarquitecto de la NASA, Kristian von Bengtson, con el que se enemistó en 2014. Entonces se reinventó y creó RML Space Lab, apareciendo ante los medios como un gran emprendedor.

Perverso y peligroso

Los expertos psiquiatras, en cambio, lo consideran como alguien «perverso y peligroso», que «reincidirá inevitablemente si se repite una ocasión» . Durante el juicio, confundieron las declaraciones en defensa de Madsen de su hermanastro, Benny Langkjaer Egesø, que lo describió como «extraño pero también muy abierto y afable con quien se muestre curioso con él», muy lejos del perfil de alguien capaz de cometer el crimen por el que fue condenado. Sin embargo, la sentencia establece que Madsen cometió «un asesinato cínico, premeditado, de un carácter particularmente violento». Otros testigos, incluyendo exnovias suyas, lo describieron como un hombre con múltiples «perversiones sexuales» y adepto a escenarios sadomasoquistas . En el disco duro de su ordenador se encontraron numerosos vídeos de mujeres violadas, asesinadas, quemadas o ahorcadas. Sus empleados recordaron que Madsen dijo en 2015 que su submarino era objeto de una maldición. «Esa maldición soy yo. Nunca habrá serenidad en el Nautilus mientras yo exista».

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