Parry Aftab, directora de Wiredsafety.org y creadora de StopCyberbullying.org
Parry Aftab, directora de Wiredsafety.org y creadora de StopCyberbullying.org - MAYA BALANYA
CIBERBULLYING

«Enseñen a sus hijos a contar hasta 5 antes de contestar en internet»

Parry Aftab dirige la red mundial de protección infantil Wiredsafety.org, con presencia en más de 76 países

MADRID Actualizado: Guardar
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El hashtag o etiqueta que define la vida de Parry Aftab sería el de #iprotectchildren (#yoprotejoniños). El día a día de esta prestigiosa abogada experta en seguridad infantil en la red (cibersafety) gira en torno a la protección de la infancia en internet, un problema de calado «mundial», según advierte durante un receso de las actividades organizadas con motivo de la I Semana del Bienestar que el British Council School ha organizado este fin de semana en Madrid. El objetivo de estas jornadas era intentar hacer reflexionar a padres y alumnos sobre «la educación que debemos dar a los niños en valores como la tolerancia, la igualdad, la superación, la no discriminación y el respeto, tanto dentro como fuera de las pantallas», según palabras de Gillian Flaxman, directora del colegio británico.

La larga experiencia vital de Aftab hace que tenga mucho que decir al respecto. Ha trabajado para la Casa Blanca, la Unesco, Naciones Unidas o el FBI y en la actualidad es la directora ejecutiva de la red mundial de protección infantil Wiredsafety.org, con presencia en más de 76 países, además de creadora del espacio StopCyberbullying.org. El objetivo de esta organización es crear una especie de «ejército cibernético» de voluntarios, en su mayoría madres ( @wiredmons) que ella llama su ciberejército o «cyberarmy», dedicada en cuerpo y alma a que los jóvenes tomen conciencia de los peligros que entraña la red.

—Muchos padres aún desconocen qué es el ciberacoso exactamente. ¿Podría explicarlo?

—«Ciberbullying» o ciberacoso es cuando un niño, preadolescente o adolescente ya, es humillado por otro niño, preadolescente o adolescente a través de internet, bien sea a través del ordenador, la tablet o el móvil. Otras veces están involucrados un adulto y un menor. Y cuando las dos personas son adultas, nosotros no lo llamamos «ciberbullying» o ciberacoso, sino directamente ciberviolencia. Para nuestra organización existen dos tipos de «ciberbullying»: el de los «mensajes directos» entre nuestros niños, y el de «ciberbullying by proxy», en los cuales normalmente hay a un adulto detrás. Yo diría que los dos son muy peligrosos, pero este último mucho más. La gravedad de la cuestión estriba en que demasiados niños que han sufrido «ciberbullying» se suicidan después.

—¿Por dónde podemos empezar a enseñar a nuestros niños a prevenir el ciberacoso?

—Un buen comienzo es enseñar a nuestros hijos a contar hasta cinco antes de responder on line. Les podemos decir que dejen el ratón o el móvil por un momento, y que se vayan a dar una vuelta para no acabar haciendo daño a nadie. Debemos enseñarles maneras de calmarse. Esto incluye que salgan al exterior, que paseen al perro, que respiren hondo, que se den un baño, que llamen por teléfono a un amigo... o que hagan cualquier cosa que les guste y les relaje. Cada niño tiene una afición o algo que le permite encontrarse a sí mismo otra vez. También está bien enseñarles las consecuencias de sus acciones. Ninguna campaña contra el ciberbullying puede triunfar si no contamos con la complacencia y la ayuda de los más jóvenes. Si pudieramos hacerles comprender lo mucho que duele el «ciberbullying», y de qué forma, en demasiadas ocasiones, las palabras pueden causar muchísimo sufrimiento, quizás alguno se lo pensaría dos veces antes de mandar un correo dañino, o no haría click en la página donde se puede «votar a la chica más gorda», o no permitiría a otros grabar vídeos con sus móviles de momentos personales de un tercero.

—«Al final no nos acordaremos de las palabras de nuestros enemigos, sino del silencio de nuestros amigos». Ustedes usan mucho esta frase de Martin Luther King, J.R. en sus charlas.

—En demasiadas ocasiones, los niños se enfrentan al ciberbacoso en la más absoluta soledad. Sus amigos tienen miedo de posicionarse. Tienen miedo que los ciberatacadores se fijen en ellos (y están en lo cierto). La soledad de afrontar solos el problema duele más que el tormento que sufren en sí. Por eso hacemos mucho hincapié en otra frase: «No seas parte del problema, se parte de la solución». Tenemos que enseñar a nuestros hijos a que no pueden quedarse en silencio mientras otros sufren. Eso no es aceptable. Si ellos no dejaran que se acosara delante suyo, el «ciberbullying» dejaría de existir. Es un objetivo enorme, pero no puede ser más noble. Si lo logramos, conseguiremos formar excelentes ciberciudadanos, personas que sepan controlar a la tecnología en lugar de que esta les controle a ellos.

—¿Qué papel tienen los padres, y las escuelas en esto?

—Debemos enseñarles que pueden acudir a nosotros. Pero si esperamos que confíen en nosotros, necesitamos ser merecedores de esa confianza. Demasiadas veces nos huyen cuando tienen problemas. ¿Por qué? Porque tienen miedo de nuestra reacción. La mayoría de los niños evita a sus padres cuando se enfrentan a un problema de «ciberbullying», pensando que solo van a empeorar la situación. Unas simples palabras pueden hacerles muchísimo daño. ¿Sabes cómo maneja su inteligencia emocional tu hijo? Por esto y por todo, es importantísimo que los padres podamos ofrecerles confianza y seguridad.

Asimismo, debemos mostrarles lugares para denunciar perfiles, campañas o webs de contenidos inapropiados. Los niños pueden ayudarnos a detener el «ciberbullying». A la hora de pasar a la acción y de denunciar, también tienen un papel importante las administraciones de las escuelas, los grupos o las comunidades. Una buena idea sería que estas instituciones comuniquen que están en contra del ciberbullying, y que digan alto y claro que van a apoyar a la víctima, y que no van a permitir el sufrimiento de los suyos.

Al final todo se resume en las siguientes tres reglas de oro, que en inglés serían «stop, block and tell», algo así como «no sigas la cadena, bloquea al personaje, y denuncia».

—Usted también asesora a los universitarios sobre su identidad en la red a la hora de buscar buscar empleo. Su consejo es: «Búscate en Google».

—Cuanto más usamos internet para comunicar y compartir nuestras ideas, más información acerca de nosotros mismos queda en la red. Un mal día se te ha podido olvidar activar el botón de la privacidad, has podido criticar a tu jefe, o a tu mujer, o a cualquiera que en realidad es importante en tu vida. ¿Alguna vez has buscado casa en internet y luego te ha aparecido publicidad en otra página? ¿Tienes hijos? ¿Sabes qué es lo que están compartiendo ellos con propios y extraños? Búscales en Google también, y explícales la importancia que de cara al futuro tiene la reputación on linea la hora de buscar una universidad, un trabajo... Las consecuencias de publicar información en la red son muy serias. ¿Alguna vez has dado tu teléfono on line? ¿O has compartido tu ruta corriendo en Facebook, por ejemplo? Si lo has hecho, quien quiera pueda llegar hasta la mismísima puerta de tu casa. Es importante tener cuidado con nuestra información «on line» y «off line».

—¿Puede compartir algunos consejos de buenas maneras en la red («netetiquette»)?

—Es muy fácil caer en un malentendido en la red, o de que tu mensaje le llegue a otra persona. Por esta razón, hay que ser muy, muy cuidadoso al escribir on line. Empieza por pensar lo que vas a decir, y por comprobar que estás enviando el correo o el mensaje a la dirección y a la persona adecuada. Antes de enviar cientos de archivos adjuntos con tonterías, mails en cadena... pregunta si está bien primero. A lo mejor la gente está ocupada. A lo mejor les molestas, o te ignoran. A lo peor, si eres de menor de edad, estás dando pistas para que los ciberacosadores se pongan en contacto contigo. Cuida tu escritura. No escatimes o acortes palabras. Si quieres escribir algo que te importa, es importante que se entienda lo que escribes también. Intenta ser claro en tu redacción. Relee antes de darle a enviar, para asegurarte de que eso es exactamente lo que quieres decir. Y por supuesto, no insultes en la red. Plantéate, ¿cómo de privado es el mensaje que estoy enviando? Demasiadas veces se comparten los mails con un tercero después. Por este motivo, no escribas nada que no quieras que vean otros. Cualquier cosa que se comparta en red es susceptible de pasar a las manos no indicadas. O incluso que no se comparta. En cualquier lugar con un wifi abierto te pueden robar información del móvil.

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