Vivir una inolvidable experiencia gourmet a orillas del mar

Si algo regala el verano es tiempo y oportunidades para probar, descubrir y vivir nuevas experiencias. Y entre las posibilidades, ¿hay una mejor que pasar una velada a orillas del mar? El concepto de restaurante flotante parece tener cada vez más éxito en todo el mundo y en nuestro país, pese a estar aún asentándose, ya hay destinos que marcan la diferencia por su historia y por el hecho de estar en pleno mar o río y brindar locales con vistas panorámicas de lo más sorprendentes, que no se pueden encontrar, como es evidente, en tierra firme.

La Pachata (Cartagena, Murcia).

Espacio ideal con un entorno incomparable. El restaurante es un gran barco de dos pisos atracado en el muelle, cuyo leve vaivén puede sentirse mientras uno degusta un caldero de la tierra, una langosta o un mero que antes has visto nadar junto a la barra.

El lugar es cien por cien marinero y en cualquier rincón se pueden encontrar detalles que enriquecen la experiencia. Además, el espacio regala un momento único, ya que se puede contemplar el atardecer desde una terraza mientras se aprecia a la gente echar la tarde pescando a golpe de caña.

99 Nudos (Valencia)

Excelente ambiente con las mejores vistas. Ofrece una zona lounge en cubierta y un restaurante en su interior. En sus aproximadamente 520 metros cuadrados, el barco ofrece la posibilidad de degustar su cuidada oferta gastronómica en diferentes ambientes repartidos en una cubierta exterior de 100 metros cuadrados, dos salones de 100 y 90 metros2 y una cubierta superior de 60 m2. Las amplias instalaciones del restaurante permiten realizar presentaciones de productos, sesiones fotográficas, cenas de empresa, ceremonias, celebraciones de cualquier tipo donde disfrutar al máximo del momento y del lugar.

Santísima Trinidad (Alicante)

Comer o hacer un evento en una taberna-museo de cocina mediterránea ubicada en una réplica de un barco del siglo XVIII es posible. Aunque en un principio estuvo ubicado en el puerto de Málaga, actualmente se encuentra atracado en el de Alicante y cuenta con 70 metros de eslora, 11 de manga y una superficie de 2.500 metros cuadrados. Un espacio histórico convertido en restaurante, bar, museo y discoteca.

One Ocean (Barcelona)

El restaurante ofrece unas indescriptibles vistas al mar sobre la ciudad y el puerto deportivo, mientras se disfruta de una buena comida con platos creativos y sushi o un cóctel exclusivo. Su hora del vermú, convertido en todo un ritual, y las sesiones de música en directo lo han convertido en todo un referente de la Ciudad Condal. Además, entre su amplia carta destaca un completo aperitivo compuesto por varias tapas y platillos en el que no podrán faltar las famosas bravas, patatas chips, boquerones en aceite y vinagre, una degustación de olivas o banderillas, así como quesos y jamón ibérico, acompañados de pan con tomate. Un auténtico oasis de paz y tranquilidad donde poder vivir experiencias únicas ligadas al buen tiempo durante el fin de semana, o bien para desconectar después de una intensa jornada de trabajo.

Astillero Euskalduna (Bilbao)

La renovación urbanística de la ribera de Bilbao pasa por fomentar nuevos usos para una ría con un pasado industrial aún muy presente, y próximamente la villa podrá inaugurar la primera terraza sobre la ría para disfrute de los ciudadanos. La plataforma, cuya construcción se lleva a cabo en la cota de la acera sobre los cimientos del ya desaparecido Cargadero Mineral de Olabeaga, será explotada por el restaurante Astillero Euskalduna. El nuevo espacio contará con una terraza de 150 metros cuadrados. Destaca por su cocina vasca y su decoración náutica, que adorna un luminoso y amplio salón desde el que premia con unas espectaculares vistas a la ría. Se encuentra ubicado debajo de San Mamés, a un paso de la grúa La Carola.