Los últimos 100 días de «Zizou»

Cuando un ídolo del balón contrata a un fotógrafo para que se pegue a sus talones y registre sus pasos y sus poses, sus jornadas de gloria o un mal día cualquiera, su vida en familia o dentro del santuario que se supone que ha de ser el vestuario de un equipo de fútbol, una sonrisa, un mal gesto, un beso... cabría pensar que se trata de un carísimo ejercicio de egolatría, una suerte de auto-homenaje para lamerse las heridas llegado el tiempo del retiro. En el caso de Zinedine Zidane (43 años), sin embargo, su impecable trayectoria y sus sobrias maneras apuntan a otras motivaciones.

Hace diez años, en 2006, el actual entrenador del Real Madrid contrató los servicios del fotógrafo y escritor Philippe Bordas para seguirle dentro y fuera del terreno de juego y documentar, de manera gráfica, sus últimos 100 días como futbolista.

Cabe señalar que Bordas por aquel entonces se declaraba un perfecto «ignorante» de todo lo relacionado con el balompié, pero aceptó el reto con las dificultades que aquello entrañaba: pocas veces la luz era la apropiada, las circunstancias no siempre resultaban fáciles, Zidane no era precisamente en tipo elocuente, sino más bien lo contrario... De aquel seguimiento surgió un álbum en blanco y negro del final de una brillante carrera como jugador: el 25 de abril de 2006, confirmó su retirada del fútbol profesional una vez acabado el Mundial de Alemania.

Ahora, 36 imágenes inéditas del epílogo de «Zizou» han salido a la luz gracias a la muestra «Zz, Zidane con todas sus letras», que ya se puede visitar, hasta el 18 de marzo, en la sede del Instituto Francés de España. Según el director de la entidad, Nicolas Kassianides, «el objetivo de la exposición es destacar a Zidane como un representante del éxito desde la humildad, la modestia y el trabajo. Y, a la vez, como un símbolo de la integración en Francia», en palabras recogidas por Ignacio Serrano.

Hijo de la inmigración, Zinédine Yazid Zidane nació el 23 de junio de 19762 en uno de los barrios más deprimidos de Marsella, La Castellane. Sus padres, Smail y Malika, años atrás habían abandonado su pueblo natal de Aguemone, en la Cabilia (Argelia) para dirigirse primero a París y, más tarde, al sur de Francia. Como tantos otros chavales, Zidane parecía destinado a ganarse las lentejas como mano de obra barata en alguna fábrica, pero su tesón y su prodigioso regate le forjaron un destino diferente.

Una de las imágenes muestra las lágrimas de Smail, padre de Zidane, durante el último partido de su hijo como jugador blanco. En otras aparece con el torso desnudo. Las hay junto a su mujer y sus hijos. Pero acaso la más importante para Zinedine Zidane es la que aparece junto a Alfredo Di Stéfano, por lo que representa: dos de las figuras más importantes en la historia del Madrid. Cabe señalar que, según Philippe Bordas, retratar a Don Alfredo no fue tarea fácil, pues no paraba de moverse. Cuando «Zizou» le puso la mano en el hombro, Di Stéfano se calmó y Bordas disparó su cámara.