Teodorín Obiang, el hijo del dictador de Guinea Ecuatorial
Teodorín Obiang, el hijo del dictador de Guinea Ecuatorial - ABC

La «vie en rose» del hijo del dictador Teodoro Obiang en París

La Justicia francesa le reclama por dilapidar 110 millones de euros del Tesoro Público guineano en caprichos

MADRID Actualizado: Guardar
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Acostumbra a conjuntar el color de sus zapatos con el de su Rolls Royce. Le relaja dilapidar sus millones a golpe de martillo en las subastas de Christie’s. Y no da un paso sin la compañía de un disciplinado séquito integrado por mecánicos, camareras, capataces de finca, ayudantes ejecutivos, chefs, equipos de paisajistas y dos grupos de seguridad. Nada es demasiado para colmar las pretensiones y antojos de Teodorín Obiang, el hijo predilecto del presidente de Guinea Ecuatorial, aferrado al poder desde 1979.

A sus 47 años, Teodorín acaba de ser nombrado vicepresidente de la República de la excolonia española de 1.200.000 habitantes y 28.051 kilómetros cuadrados. Su padre, Teodoro Obiang Nguema, no ha tenido ningún escrúpulo en ascender a su hijo, conocido como «El Patrón» en su país, a pesar de estar procesado en Francia por supuestos delitos de corrupción, blanqueo, desvío de fondos públicos y abuso de confianza.

La Fiscalía afirma que saqueó más de 110 millones de euros de empresas guineanas y el Tesoro Público y lo blanqueó en París en sus caprichos multimillonarios.

Todo apunta a que el juicio se celebrará el próximo enero, entre una gran expectación mediática ya que supone la primera vez que la Justicia europea reclama a un dirigente africano cercado por la corrupción. La «vie en rose» de Teodorín a orillas del Sena despertó las sospechas de varias ONG, entre ellas Transparency International, que interpusieron una denuncia contra él.

El documento judicial desglosa con todo tipo de detalle el despilfarro del niño mimado de Malabo. En 2005, adquirió un suntuoso palacete de 4.500 metros cuadrados y cinco alturas en el número 42 de la avenida Foch, en el distrito 16 de París, uno de los más exclusivos, por el que pagó 25 millones de euros y que ocultaba a nombre de cinco sociedades suizas. A esa desorbitada cantidad hay que añadir los 12 millones que pagó después a los decoradores Alberto Pinto y Jacques García para que reformaran el edificio a la medida de sus extravagantes necesidades.

Palacete parisino de Teodorín en la exclusiva avenida Foch
Palacete parisino de Teodorín en la exclusiva avenida Foch - ABC

No conforme con su imponente residencia, entre 2005 y 2009, desembolsó casi 600.000 euros en el hotel Crillon, a los pies de los Campos Elíseos. En febrero de 2009, pasó una mañana en una subasta de la casa Christie’s y pujó hasta 18,3 millones por una parte del legado artístico de Yves Saint Laurent. También se investiga la fortuna dilapida en lograr su característico estilismo de dandy con cierto aire hortera en las boutiques más exclusivas de la avenida Montaigne: trajes de Dolce & Gabbana en los que invirtió casi 70.000 euros; relojes de Cartier, Piaget y Vacheron por los que pagó 710.000; joyas varias de un valor de 10, 5 millones y hasta 64 pares de zapatos.

En 2009, las aduanas francesas registraron la llegada de una carga de 26 coches (Rolls Royce, Bentley, Porsche, Bugatti, Maserati y Mercedes) y seis motos que llegaron desde EE.UU. y acabaron en Guinea. Una forma absurda de poner el foco sobre la fortuna secreta de quien hasta ahora era un funcionario con un sueldo oficial de 50.000 euros al año.

Flota de bólidos de Teodorín Obiang
Flota de bólidos de Teodorín Obiang - ABC

Iguales de absurdos fueron los esfuerzos de las autoridades de Malabo y sus abogados en Francia por cubrirle las espaldas. Por arte de magia, el 30 de septiembre de 2011, dos días después de que se llevase a cabo un registro en su palacio de la avenida Foch, apareció de la nada una placa en la puerta del edificio: «Anexo Embajada de Guinea Ecuatorial». De esta manera tan chapucera pretendían hacer creer que se trataba de un edificio diplomático. No coló y en 2012, la Justicia francesa se lo embargó. Un año después le requisaban también nueve de sus lujos bólidos.

En los 36 folios de la acusación no sólo aparecen las astronómicas cifras de su dispendio, sino también sus vicios. A su exmayordomo Didier M. le bastaron tres palabras para definir ante los jueces su día a día en París: «Alcohol, putas y droga». Otros empleados señalaron con perplejidad que nunca se iba de viaje sin una maleta bajo el brazo repleta de billetes de 100 dólares.

A Teodorín tampoco le ha faltado intensidad en su vida amorosa. Ha salido con la actriz Tamala Jones, con Lindsey Evans, que fue Miss Louisiana Teen USA 2008, y con Christina Mikkelsen, Miss Dinamarca. Pero la que más le marcó fue la rapera Eve, a la que nombró presidenta y jefa de inversiones de una de sus empresas pantalla. Por supuesto su relación naufragó. Parece tarea imposible que alguien le haga sentar la cabeza.

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