«Villa Treville» es propiedad del marido de Alejandra Silva Friedland, la nueva novia de Richard Gere
«Villa Treville» es propiedad del marido de Alejandra Silva Friedland, la nueva novia de Richard Gere - redes sociales

El refugio amalfitano de Alejandra Silva, la novia española de Richard Gere

Su familia política ha convertido el antiguo hogar de Franco Zeffirelli en un hotel «deluxe» por el que han pasado Sharon Stone y Kevin Spacey

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«Leonard Bernstein, Laurence Olivier, Maria Callas, Elizabeth Taylor... Suena a leyenda, ¿verdad?», reconoció alguna vez el director de cine Franco Zeffirelli al recordar la lista de personalidades que pasaron por su casa de Positano, en la Costa Amalfitana (Italia). Durante 35 años, «Villa Treville» fue el refugio donde el maestro italiano pudo «unir su mente a las de otros genios creativos». La «factory» personal de Zeffirelli cerró sus puertas en 2007, cuando al cineasta no le quedó más remedio que vender la casa. Tras unos años con un destino incierto, la propiedad con vistas privilegiadas al Mediterráneo fue adquirida por el magnate canadiense Robert Friedland para abrir un exclusivo hotel-boutique. El multimillonario cedió la gestión del proyecto a uno de sus hijos, Govin Friedland, y a su joven mujer, la española Alejandra Silva Friedland.

Ahora Silva se encuentra en pleno proceso de divorcio de su marido, pero hasta hace no mucho ofició como anfitriona de «Villa Treville» cuando llegaba el momento de recibir a los invitados más vip. La joven gallega, que, como adelantó ABC en exclusiva el pasado viernes, sale desde hace un año con el actor Richard Gere, se ha codeado en este edén privadísimo con estrellas del celuloide de la talla de Kevin Spacey y Sharon Stone, además de con grandes fortunas, como el empresario indio Lalit Modi.

Todos ellos se han hospedado en «Villa Treville», un establecimiento de solo quince habitaciones que conserva parte de la decoración original de la casa de Zeffirelli, obra del arquitecto e interiorista Renzo Mongiardino. Los Friedland contrataron a la arquitecta Fausta Gaetani, amiga y antigua huésped del director de «Hermano sol, hermana luna» y «Té con Mussolini», para reformar la villa y convertirla en uno de los hoteles más solicitados del sur de Italia. Un lugar de paso obligado para los ricos y famosos de todo el mundo que hacen escala en Positano antes de seguir viaje hacia la isla de Capri o las ruinas de Pompeya.

El vínculo de «Villa Treville» con el mundo del arte y la jet set se remonta a los años 20 del siglo pasado, cuando la casa estaba en manos del escritor ruso Mikhail Semenov, quien la convirtió en el patio de juegos de los exiliados zaristas que huían de las garras del comunismo. El fundador de los Ballets Rusos, Sergei Diaghilev, y los bailarines Margot Fonteyn y Rudolf Nureyev durmieron en algunas de sus habitaciones, por las que ahora un turista tiene que desembolsar entre 1.000 y 5.000 euros la noche. En los últimos años, con la presencia de Alejandra en el hotel, «Villa Treville» también se ha transformado en uno de los alojamientos fetiche de la clase alta española.

Negocios con el Dalái Lama

Por ahora Alejandra sigue siendo bienvenida en este exclusivo hotel. La novia de Richard Gere aún está casada con el propietario de la villa y mientras sea la señora de Friedland podrá considerarla como su segundo hogar. Y probablemente siga siendo así cuando se divorcie, porque mantiene una cordial relación con su ex y todavía marido. De hecho, según ha podido saber ABC, está gestando varios proyectos con Friedland, vinculados a cursos de meditación y viajes espirituales para conocer al Dalái Lama, quien reside en Dharamsala, población de la India en las estribaciones del Himalaya.

El romance de Silva y Gere se ha convertido en el tema de conversación de la semana tras salir a la luz la primera fotografía de ellos juntos. La española y el galán de Hollywood se encuentran en la preciosa localidad de Taormina, en la costa este de Sicilia, donde el actor ha sido objeto de un homenaje dentro de la programación de su festival de cine. Hasta el momento, ambos estaban viviendo su amor en la más absoluta discreción; incluso han compartido sesiones de meditación en un centro de yoga madrileño, lo que hasta ahora no había trascendido. Pero hoy la situación es muy diferente. De un día para otro, Alejandra Silva Friedland ha pasado de ser «la joven desconocida» de la foto a la chica más buscada por los paparazis italianos.

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