Arraiz se ratifica tras declarar por su «jaque mate» a la Guardia Civil: «Queremos se vayan cuanto antes»

El presidente de Sortu, Hasier Arraiz, ha asegurado esta mañana, tras declarar en la sede del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco en Bilbao, por sus declaraciones del 12 de enero de 2015, cuando llamó a «dar jaque mate» a la Guardia Civil a raíz de una operación contra el entorno etarra, que lo que ha hecho es «ratificarse» en lo que dijo aquel día. «Entonces lo dije alto y claro y hoy lo vuelvo a repetir delante de un juez. Este país no necesita a la Guardia Civil, no quiere a la Guardia Civil, queremos se vayan cuanto antes, no nos vamos a cansar de decirlo».

Aquellas declaraciones, junto a otras posteriores en las que afirmó que en el País Vasco la única violencia es la del Estado español y la «única amenaza violenta» la encarnan la Guardia Civil y el resto de cuerpos «represivos», motivó una querella de Dignidad y Justicia, lo que ha propiciado que Arraiz declare como imputado por un presunto delito de injurias graves contra el Instituto Armado.

«Es la tercera vez en espacio breve de tiempo que me ha tocado venir aquí y creo que no es casualidad que me haya tocado a mí, porque entiendo que ello obedece a que soy representante de Sortu», ha indicado Arraiz a los medios de comunicación tras prestar declaración. En concreto, ha especificado que solo ha respondido a preguntas de la fiscalía y su defensa; se ha negado a contestar al juez, la abogada del Estado y Dignidad y Justicia.

«Es momento en Euskal Herria, también en este Estado, de que los debates políticos se lleven a las instituciones y se lleven al resto de foros de debate político en igualdad de condiciones, no a los juzgados. No se trata de que demos nuestra opinión delante de un juez y ese juez decida si la sanciona o no», ha proclamado. También ha traído a colación unas palabras del ex líder batasuno Arnaldo Otegi, quien afirmó que la izquierda abertzale había llevado «el conflicto político del ring de boxeo a un tablero de ajedrez». «Algunos no entienden ni de ajedrez ni tienen ninguan intención. Les va más el boxeo», ha apostillado.

«Lo estamos viendo aquí en Euskal Herria de continuo pero también en otras partes del Estado. Nuestra solidaridad para con todos aquellos que están sufriendo persecución por delitos de opinión en otras partes del Estado. Esto se tiene que acabar. Un Estado que tiene miedo de la libertad de expresión es un Estado democráticamente sumamente débil», se ha justificado. «Esto se tiene que acabar. Un estado democrático no tiene miedo a la libertad de expresión, no lleva el debate político a los juzgados. Esto tiene que acabar cuanto antes».