Vodevil «drag» en Puente de Vallecas

Los niños disfrutaron de la comitiva, a pesar de la lluvia, ajenos a la controversia

Vídeo: La cabalgata de Vallecas ATLAS

M. R. DOMINGO

Por una vez, el gran protagonismo de la Cabalgata no lo acapararon los Reyes Magos . Todos los ojos -al menos, los de los adultos- estaban puestos en la carroza de La Prohibida. La presencia de la «drag queen» ; de la bailarina de cabaret Roma Calderón, y la cantante de hip hop Dnoé Lamis generó mucha controversia entre los grupos de la oposición PP y Ciudadanos , por considerar que «desnaturalizaba» la Navidad. La crispación fue tal entre algunos sectores de la sociedad, que varias plataformas incluso llegaron a solicitar ante la Justicia que se prohibiera el paso de la carroza. Pero el juez desestimó esta petición y ellas, ataviadas con pijamas de animales, como el resto de los niños que las acompañaban, quisieron zanjar así la polémica sobre su vestuario.

«¿Por qué tanto revuelo si vamos vestidos de animales ? No entremos en polémicas tontas», expresó La Prohibida poco antes de que saliera su carroza, ya bajo la fina lluvia que cubrió como un manto Madrid durante toda la tarde. «La idea que tenemos es concienciar a los niños contra el bullying escolar y los delitos de odio contra los menores de edad», se defendió Roma Calderón. «Iremos en pijama porque es una noche para irse pronto a la cama», argumentaron desde Orgullo Vallecano, la plataforma que invitó a La Prohibida a la carroza por «la diversidad LGTBI » , una de las 16 que ayer recorrieron las calles de Puente de Vallecas desde las seis de la tarde.

Debate constante

Un cartel en el que La Prohibida aparecía junto a Roma Calderón y a Dnoé Lamiss bajo el letrero «cabalgata de las reinas magas» fue el detonante que desató las críticas, ya que, en un principio, se entendía que ellas sustituirían a los tradicionales Reyes Magos en la cabalgata. Sin embargo, el concejal-presidente de la Junta Municipal de Puente de Vallecas, Paco Pérez, se apresuró a desmentirlo. « No va a haber ninguna carroza de reinas magas ni estarán vestidas de ‘drag queen’», aclaró el edil de Podemos, que recordó que, al igual que desde hace dos años, una mujer usuaria del Samur Social interpretaría el papel de uno de los Reyes Magos.

«Hemos pedido a todas las asociaciones participantes que tengan especial cuidado con el respeto a las ilusiones infantiles y deberán ir disfrazadas acordes a la tradición », sostuvo el concejal, que ayer presenció en el Jardín Campo de la Paloma los últimos preparativos de la Cabalgata antes de que partiera hacia la Junta de Distrito de Puente de Vallecas, en la avenida de la Albufera, donde culminó la comitiva.

En esta cabalgata excepcional, los paraguas, en su mayoría, recuperaron su uso tradicional para protegerse del aguacero implacable. Por el camino, la carroza de La Prohibida recibió el calor de los vecinos del barrio, que clamaban «Orgullo vallecano» y la aplaudían a su paso. A la altura del estadio del Rayo Vallecano , tres espontáneos desplegaron una pequeña pancarta con el mensaje «Vallekas libre de LGTBIfobia». El debate sobre la polémica se generaba inevitablemente en cuanto aparecía su carroza. «Si Piolín no ofende, que vaya ella vestida de pantera rosa, tampoco», sostenía Jennifer.

Sin embargo, otros, como Julián, que todos los años lleva a sus nietos a Portazgo a ver pasar la comitiva real, destacaba que «un día como hoy [por ayer] los protagonistas deben ser los niños, y no las polémicas»; o como Marisol, que consideraba que una Cabalgata «no era el lugar ni el momento para reivindicaciones, sino para celebrar con los niños».

Un gran número de voluntarios de las distintas asociaciones del distrito y agentes de la Policía Municipal vigilaron para que toda la comitiva transcurriera sin incidentes. Durante el recorrido, las canciones más fiesteras que interpretaba la charanga -como «A quién le importa», de Alaska ; o «Mi gran noche», de Raphael - se entremezclaban con los villancicos más tradicionales.

Sin importar el tipo de música, los más pequeños bailaron bajo la lluvia, ajenos a las polémicas y conversaciones de los mayores. Y mientras los adultos examinaban la carroza LGTBI, decorada con la bandera del arcoíris , los niños seguían volcados con su propia tradición de la Cabalgata: hacerse con el mayor número de caramelos.

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