Esta taberna en la calle Calatrava es una de las más emblemáticas de la capital
Esta taberna en la calle Calatrava es una de las más emblemáticas de la capital - BELÉN RODRIGO

Vinos 11-Casa Dani: Los mejores chatos de Madrid

Una de las tabernas más antiguas de la capital, donde se sigue sirviendo el vino en los tradicionales chatos madrileños y desde hace décadas ha ganado buena fama con su excelente embutido ibérico

Madrid Actualizado: Guardar
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Vino y un buen embutido ibérico nunca falta en Casa Dani - Vinos 11, taberna situada en el número 11 de la calle Calatrava, muy próxima a la iglesia de la Paloma. Es una de las más típicas de la capital que ha pasado por varios dueños pero mantiene el ambiente característico de este tipo de locales. Ya en 1840 existen referencias de la taberna en el Diario de Sucesos aunque se toma como fecha de referencia al hablar de su apertura el año 1861, con Hilario Ruiz como propietario, y en 1873 Domingo Luiña la denominó tienda de vinos. A finales del siglo XIX estaba situada al lado la botica de Ramón Labiaga.

En los años 70 Eugenio Humanes compra el local, por entonces llamado “El titi” y tiene como empleado a Daniel Iglesias, más conocido como Dani, que destacó por su arte de medidor de chatos, capaz de llenar los vasos de vinos a la misma altura.

Acaba por comprar la taberna y aunque mantiene su esencia apuesta por dar un salto en el negocio e introduce el tapeo con embutidos de calidad. Su temprano fallecimiento hizo que su hijo Dani dejase sus estudios universitarios para seguir con el proyecto de su padre, contando también con el apoyo de su madre. Para él “todo un honor poder estar al frente de un local centenario”, explica a ABC.

Detalle de la barra de madera de nogal
Detalle de la barra de madera de nogal - B.RODRIGO

A día de hoy se conservan los elementos originales de la taberna como la barra de madera de nogaltallada, los azulejos, las lámparas de gas, la caja registradora antigua, “una de las 100 primeras que entraron en España que marca un máximo de 6 pesetas” y las mesas de hierro fundido y mármol. Con Daniel Iglesias padre se añadió una sala comedor con capacidad para 25 personas.

El último medidor de vinos

En esta taberna, durante muchos años, los vecinos del barrio se acercaban al salir del trabajo para tomarse un chato de vino de Valdepeñas por apenas unos céntimos de peseta. Ahora este chato cuesta un euro, servido con un pequeño aperitivo, y sigue siendo muy solicitado por los vecinos y turistas, que acuden curiosos a conocer detalles del local. “Mi padre fue el último medidor de vinos”, comenta Dani, “llenaba los vasos a gran velocidad y con el mismo tamaño”, subraya. Un arte que le cuesta repetir con tanta precisión como su progenitor. La barra sigue siendo la misma aunque ha pasado de estaño a acero inoxidable. La antigua cueva de la taberna, conectada con otras, se utiliza ahora como bodega, el lugar perfecto para conservar los vinos. “Todo ha cambiado mucho, aquí antiguamente el vino venía en pellejos”, recuerda Dani.

Además del vino de Valdepeñas se sirve vermut de grifo y cerveza de barril y hay una variedad de vinos de La Rioja, Ribera y el Bierzo, entre otros. No hay licores ni se sirven copas. Las bebidas se pueden acompañar con una selecta carta de embutidos ibéricos de bellota, queso curado de oveja “secreto de la casa” y ensalada de bonito de escabeche o de ventresca. No preparan nada en cocina pero todos los embutidos son cortados con mimo en el momento. “Mi padre apostó por estos productos y los seguimos seleccionando con mucho esmero, son de etiqueta negra, y es difícil encontrar embutidos de esta calidad en muchos lugares de Madrid”, asegura Dani.

Se pueden pedir pinchos, raciones o medias raciones, a precios muy ajustados teniendo la calidad del producto. Por ejemplo, las raciones de lomo y jamón ibérico cuestan 18 euros. Casa Dani se llena sobre todo por la noche, a la hora de la cena, “es un ambiente tranquilo y relajado”, explica el dueño. La clientela es muy diversa, “antes venía más gente mayor pero ahora cada vez hay más jóvenes que aprecian el vino y los embutidos”.

En esta taberna se siguen realizando tertulias literarias, “de forma espontánea”, con escritores, periodistas, cantantes… No es un lugar donde se hable mucho de toros, a pesar de algunos carteles que se conservan, “los que había siempre en cualquier taberna”. De los clientes más emblemáticos de la casa Dani habla de Ricardo de la Vega, autor del libreto de La Verbena de la Paloma. En apenas unos días el barrio se vestirá de gala para celebrar la festividad de la patrona madrileña. “En época de fiestas dejamos entrar a todos para tomar la limonada dentro”, resalta Dani, ya que lo normal es que se coloquen los barreños a las puertas de las tabernas y se consuma fuera.

Casa Dani-Vinos 11 abre a partir de las 12 del mediodía y cierra a medianoche. Está cerrado los domingos y los lunes por la mañana y tras las fiestas de La Paloma se cogerán unas semanas de vacaciones.

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