La tienda en la calle del Prado funciona desde 1932
La tienda en la calle del Prado funciona desde 1932 - BELÉN RODRIGO

La platería donde monarcas y ministerios encargaban regalos institucionales

Pedro López Palomar comenzó con un anticuario y lo transformó en una de las orfebrerías más buscadas de Madrid. Se sigue trabajando la plata de forma artesanal

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El origen de esta platería se remonta a 1908, fecha en la que Pedro López Palomar se hace con el traspaso de un negocio de antigüedades situado en el número 15 de la calle del Pez llamada Casa Juanito (abierta en 1904). Natural de Liceras (Soria), se dedicaba en su tierra a la compra y venta de artículos.   Por entonces el comercio anunciaba joyas, abanicos, cuadros, porcelanas, vidrios, bronces, esmaltes, marfiles, pañuelos de Manila y muebles antiguos. En 1932 adquiere otro local en la calle del Prado, y todo el edificio en el que se encuentra. 

A partir de ese momento, decide transformar la tienda y  dedicarse a la platería. «En los años 30 el negocio se fue expandiendo y se abrieron tiendas en San Sebastián y Fuenterrabía porque eran los lugares en los que veraneaban los clientes.

Además estaban próximos a Biarritz, San Juan de Luz, Bayona y Pau, donde funcionaba muy bien el negocio de las antigüedades», cuenta a ABC Luis Jiménez Vela, sobrino de Elvira Jiménez, nuera del fundador. Su marido, Pedro López Montero, se había quedado con el negocio de su padre y falleció sin descendencia.

«Tanto mi hermano Antonio, el mayor, como yo fuimos tratados por mi tío Antonio como hijos, aprendimos mucho con él y al fallecer en 1984 ayudamos a nuestra tía», recuerda. Ya antes, en 1975, se dejó el local de la calle del Pez. «Se descubrió un socavón entre la calle Pizarro y la calle del Pez y era necesario hacer obras. Como la tienda era alquilada se decidió cerrarla y traer todo a la calle del Prado», aclara.

Desde que se dedican a la platería trabajan en sus propios talleres de forma artesanal, realizando copias fidedignas de modelos antiguos. «Tenemos trabajando con nosotros a gente muy buena que ya lleva muchos años en este oficio. En los años 50-60 hubo un auge muy importante en Madrid de la platería, aunque ahora ha bajado mucho», comenta el dueño de la Platería López. Han cambiado muchas cosas desde entonces, tanto las casas como las costumbres y la sociedad en sí. En Sevilla es donde mantienen a muchos de sus clientes, «son más finos y delicados en los regalos», subraya. En el taller está ahora 5 personas y en los años 60 llegaron a ser 20. Ahora lo difícil es transmitir el oficio a las nuevas generaciones, «ya no hay aprendices»

En esta casa han trabajado mucho para «el Generalísimo, la Casa Real, ministerios y bancos. Doña Carmen Polo era una buena clienta y se han realizado aquí muchos regalos que el Rey Don Juan Carlos llevaba como regalo cuando iba de visita al extranjero, firmados por los monarcas», recuerda Luis. Se han encargado igualmente regalos para bodas importantes y los ya fallecidos Balduino y Fabiola de Bélgica eran también amigos de esta casa. Y entre los rostros famosos más internacionales que han pasado por la platería, el actor Rock Hudson. «Ahora recibimos a muchos hijos, parientes y familiares de antiguos clientes. La tienda de San Sebastián se cerró en los años 70, funcionó bien mientras Franco veraneaba allí», reconoce.

El precio de la plata

Está a la venta un barco que pesa 12 kilos
Está a la venta un barco que pesa 12 kilos - B.Rodrigo

En esta platería trabajan sobre todo por encargo y realizan especialmente bandejas y otros objetos, muchos de ellos para regalo de empresa, sobre todo para jubilaciones. Esta platería compra la plata a Sempsa, la sociedad española de metales preciosos. «Ahora el precio intermedio del kilo de la plata está a 500 euros, ya ha llegado a estar a 1.000 euros pero también a 200. En este momento está más estabilizado», explica Luis. En la tienda tienen objetos de precios muy diversos. Desde cruces a partir de 30 euros hasta objetos como la reproducción de un barco, que pesa doce kilos, que ya asciende a varios miles de euros.

Muchas de las piezas de esta platería se encuentran en subastas «son bastante valoradas» por el trabajo artesanal que hay por detrás. Reciben encargos especiales como una cruz en oro que el arzobispado de Puerto Rico regaló al Papa Benedicto XVI cuando visitó aquel país en 2011. En sus talleres también se han realizado muchas escribanías para los ministerios.

Para conservar la plata, que inevitablemente se pone amarillenta, Luis aconseja limpiarla una vez al mes, con alguno de los productos que fácilmente se encuentra en los supermercados. También se realizan reparaciones de objetos de plata.

A finales de los 90 se retomó la actividad del anticuariado con la apertura de un local anexo al principal en la calle del Prado. De esta forma se volvió a la actividad originaria, con un género variado. «Es un negocio que no se mueve mucho pero nos gusta conservarlo», reconoce el propietario. Allí se encuentran lienzos viejos, cerámica, espejos, apuntes, antiguos…Para mantener la platería ambos hermanos «economizamos mucho en el funcionamiento de la tienda». Se temen que en unos años el negocio acabe por desaparecer. «Nuestros hijos han seguidos con sus carreras, tampoco vemos que esto tenga demasiado futuro, nosotros seguimos más por una cuestión sentimental, tenemos mucho cariño a la tienda».

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