Varios manteros, ayer, en la Puerta del Sol
Varios manteros, ayer, en la Puerta del Sol - ISABEL PERMUY

Los comerciantes, en pie de guerra contra Carmena por la «enorme impunidad» de los manteros

Tenderos y bares se quejan de la «falta de control» del Ayuntamiento de Madrid sobre la venta ilegal

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Por segunda vez en menos de seis meses, los comerciantes del centro de Madrid se han levantado contra el Ayuntamiento de la capital por la «impunidad» con la que actúan los manteros en el eje comercial más importante de la ciudad. Las principales asociaciones empresariales de la zona denuncian la «falta de control» de la Policía Local y la «desprotección» ante un nuevo repunte de la venta ilegal.

La situación actual, «desastrosa» según los implicados, es la continuación de lo publicado por este periódico a principios de este año, cuando los mismos comercios relataron que «había más manteros que nunca». Como entonces, la Puerta de Sol, en la desembocadura de las calles de Preciados, Montera o el Carmen; la Gran Vía, entre la Red de San Luis y la plaza del Callao; y las calles aledañas están prácticamente tomadas por vendedores ilegales, especialmente a última hora del día, cuando su presencia es incontenible. Según indica la presidenta de Apreca (Asociación de Preciados y Carmen), Paloma de Marco, «proliferan con la llegada del buen tiempo y cuando viene la Policía Municipal únicamente se mueven, pasando de Preciados o Sol a la Gran Vía».

De Marco avanzó que a finales de este mes mantendrá una reunión con las concejalías de Centro y Seguridad para tratar esta problemática.

Estampidas y heridos

En enero, como ahora, se da la circunstancia de que se acerca la temporada de rebajas, lo que multiplica exponencialmente la presencia de viandantes en la vía pública. Los manteros, que ocupan un tercio de las aceras, colapsan la circulación con el consiguiente riesgo que esto conlleva. Fuentes policiales han explicado a ABC que en la última Junta de Seguridad del Distrito se rechazó una acción directa y contundente sobre los infractores porque cuando son perseguidos huyen a la carrera y provocan incidentes y caídas entre los transeúntes. El resultado, apuntan los comerciantes de la zona, es que hasta los propios manteros casi ni se inmutan cuando aparece un vehículo de la Policía. Se calcula que en el centro operan cientos de manteros, fundamentalmente de origen subsahariano, explotados por mafias.

El presidente de la Asociación de Empresarios de la Gran Vía, Florencio Delgado, asegura que la situación es un «verdadero desastre» y que la Policía Municipal es «absolutamente permisiva». A su juicio, «el centro de Madrid se ha convertido en un zoco» y «no existen campañas de protección» como sí había años atrás. «Lo manteros hacen lo que les da la gana, sin ningún control y sin que nadie dé soluciones», añade.

Ambas asociaciones destacan que este problema, algo habitual en los últimos años, ha sido trasladado a las administraciones en numerosas ocasiones, pero siempre reciben la misma respuesta: silencio. Delgado explica que hace unos meses habló con la alcaldesa, Manuela Carmena, y le trasladó un informe sobre la situación, pero no recibió «ninguna respuesta». Las competencias en materia de venta ambulante son exclusivas del Cuerpo local, y no del CNP.

Plaza Mayor y Serrano

El comercio ilegal, no obstante, no se reduce a este eje comercial, aunque sea su foco principal. También en la Plaza Mayor es habitual la venta de bolsos falsificados, palos extensibles para «selfies» y otros objetos. Estos artículos, sostienen desde la tienda Olé Madrid, situada en el histórico enclave, «son competencia directa» porque es el mismo tipo de producto «a mitad de precio o menos». Este establecimiento explica que los fines de semana los manteros «llenan la plaza» e, incluso, se colocan bajo los soportales, junto a la entrada a las tiendas, «sin ningún problema». La plaza, plagada de restaurantes, denuncia igualmente la presencia de lateros (vendedores de bebida), algo que también preocupa sobremanera a los locales de la Gran Vía, dedicados a proporcionar estos productos a los turistas.

Pero la invasión del espacio público es algo prácticamente sistematizado en la capital, hasta el punto de que en la misma calle de Serrano (distrito de Salamanca), arteria principal de la Milla de Oro, hay manteros con productos falsificados. En este caso, aunque la competencia es inexistente por el perfil de los compradores, se esconden detrás de los accesos a los aparcamientos subterráneos.

La labor del Ayuntamiento sobre la venta ambulante ha sido algo laxa y contradictoria en los últimos meses. Aunque creó un plan de concienciación sobre este asunto, a la vez eliminó la unidad policial encargada de reforzar esta vigilancia en cinco distritos de la zona sur.

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