Los «quevedos» son unas lentes ópticas usadas para que se empleaban en los siglos XV, XVI, XVII . Estos anteojos estaban formados por dos cristales redondos unidos por una montura simple de hierro, sin patillas. A veces las sujetaban sólo por un lateral a un cordón para evitar que su dueño las perdiera.
En aquella época fueron considerados objetos de lujo, poco frecuentes y propios de las clases adineradas. Su nombre proviene de Francisco de Quevedo , que fue uno de los primeros en usar los anteojos en el Madrid de su época. El literato del Siglo de Oro tenía miopía y, por eso, en la mayoría de imágenes conservadas del escritor aparece con ellos.
A pesar de sus desavenencias con la Corona, los quevedos se hicieron comunes entre las personas elegantes y pudientes en aquel tiempo. De hecho, se usaban sin necesidad de ellos y sin problemas en la vista, simplemente porque daban un aire culto a la persona que los llevaba.
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