Ramón Yzquierdo, en la réplica del coro pétreo del Maestro Mateo en el Museo de la Catedral de Santiago
Ramón Yzquierdo, en la réplica del coro pétreo del Maestro Mateo en el Museo de la Catedral de Santiago - M. MUÑIZ
Entrevista

Ramón Yzquierdo: «El Maestro Mateo tendrá un espacio propio en el Museo de la Catedral»

Charlamos con el director del Museo de la Catedral de Santiago, que comisaría la histórica exposición mateana en el Museo del Prado

Santiago Actualizado: Guardar
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Para Ramón Yzquierdo Peiró el Maestro Mateo «es casi de la familia». Hijo del catedrático de Historia del Arte de la Universidad de La Coruña Ramón Yzquierdo Perrín, de niño ya correteaba por el Museo de la Catedral de Santiago, que ahora dirige. Es, además, comisario de la exposición que el Prado dedica al creador del Pórtico de la Gloria hasta el próximo 26 de marzo.

—Si hace dos años le aventuran que Mateo protagonizaría una muestra en el Prado, ¿qué habría respondido?

—No me lo creería. El proyecto comenzó por el Días das Artes Galegas en 2015. En 1988 hubo en Compostela una muestra por el octavo centenario de la colocación de los dinteles del Pórtico, pero centrada en Mateo, pese a que el nombre nos parezca que está muy usado, no se había hecho nada específico.

Se lo ofrecí a la Real Academia Galega de Bellas Artes y lo recibieron muy bien. Primero pensábamos hacerla más grande y en Santiago. Diversas razones nos llevaron a contactar con el Prado. Nos recibieron de maravilla. Enseguida se implicaron. Ha sido una sorpresa.

—Han sido meses de mucho trabajo. Podemos imaginar la sensación cuando las figuras estaban ya colocadas...

—Fue muy emocionante. Estaba con Manuel Quintana, presidente de la Real Academia Galega de Bellas Artes. Él, Miguel Fernández Cid y Daniel Lorenzo han sido los grandes impulsores para que se haya podido llevar a cabo. Nos quedamos mirando y nos dimos un abrazo. Ha habido que trabajar mucho los préstamos de las piezas por parte de las diversas instituciones implicadas.

—¿Ha habido algún aspecto de Mateo que haya sorprendido en el Prado?

«En el Prado han visto que Mateo era un gran artista y lo han puesto en su justo sitio. Se han sorprendido de la fuerza de sus imágenes»

—Han sorprendido muchas cosas. Una anécdota muy ilustrativa es que la zona de acceso a la sala de la exposición normalmente está rodeada de una serie de bustos romanos. Hubo que variar la ubicación de algunos. Los conservadores del Prado comentaban que las obras del Maestro Mateo parecían más antiguas. Ha sorprendido la fuerza que tienen las imágenes, los restos de policromía o el granito, porque nunca habían expuesto obras de este material. También la profundidad de mensaje de una catedral medieval. Hubo mucha intelectualidad en todo el proceso de creación del Pórtico. Han puesto al Maestro Mateo en su justo sitio. Han visto que era un gran artista, que se llevó a cabo un gran proyecto y que su apuesta por la exposición ha merecido la pena.

—Allí se puede ver por primera vez la escultura que apareció en octubre enterrada en la base de una de las torres del Obradoiro. ¿Podemos aventurar ya algo sobre su identificación?

—Algún comentario hay ya, aunque prefiero ser cauto. Varias personas la están estudiando. Fue un gran hallazgo. Es una figura impresionante y seguro que aportará muchos aspectos sobre la iconografía de la fachada y sobre los artistas que trabajaban en el taller de Mateo. Va a dar mucho juego.

—Justo al lado está otra figura sobre la que hay mucho debate. Hay quien dice que es un rey bíblico, quien ve en ella a Fernando II de León, Santiago Miles Christi o incluso ninguna de ellos.

«Retiraría sin duda las figuras de David y Salomón de la escalera del Obradoiro. Si siguen ahí se pueden acabar perdiendo»

—En la muestra también he pretendido hacer un pequeño homenaje a los artistas gallegos y a todos los estudiosos que, desde el siglo XIX, han ido aportando su granito de arena para que conozcamos mejor a Mateo. No he querido entrar en polémicas. Esta pieza fue descubierta hace mucho tiempo y distintos especialistas han dado muchas interpretaciones. Yo quería que —en la monografía editada— estuvieran todas las hipótesis y las justificaciones con los nombres de quien las ha aportado y que el lector saque sus propias conclusiones tras verla allí contextualizada con el resto de obras de la fachada románica. Esto va a permitir sacar nuevas conclusiones. Es una pieza peculiar con características distintas al resto. Tampoco hay que tener prisa por ponerle nombre y apellidos. A lo mejor no es ninguna de ellas. Posiblemente.

—Las dos figuras que proceden de la escalera del Obradoiro (David y Salomón) están muy deterioradas.

—Sí, llevan bastantes años en un lugar muy expuesto a las inclemencias climatológicas. Las hemos restaurado. Verlas de cerca en Madrid ha hecho pensar sobre la necesidad de preservarlas. Que sigan expuestas a la intemperie ochocientos años más puede hacer que se acaben perdiendo. Y son piezas excepcionales. La de David sobre todo.

—¿Si de usted dependiera se retirarían y pasarían a estar a cubierto?

—Sin duda. En muchos sitios se hace. Ahora puede ser el momento al estar en obras la fachada. Las nuevas tecnologías te permiten tener réplicas exactas. Con motivo de esta exposición, la Fundación Catedral se ha hecho cargo de unos trabajos fotogramétricos de las obras expuestas. Esto nos permite tener digitalizado su ADN para saber en que situación se encuentran.

—La figura de Mateo ha cogido impulso, ¿cómo aprovecharlo ahora?

—Queremos impulsar su figura con un espacio propio en el museo. El año que viene acabará la restauración del Pórtico, se está rehabilitando la fachada, la cripta... Es un momento adecuado para llevarlo a cabo. El mundo mateano va a dar un vuelco en el estudio y en la difusión en los próximos años.

—¿Qué planes hay para el museo?

—Estamos trabajando en muchos proyectos de mejora. Ahora la cosa está muy centrada en la obras de rehabilitación, que son muy necesarias. En la siguiente fase el museo tiene que tener una atención importante. Hay que apostar por las colecciones fuertes para atraer a más visitantes, presentarlas mejor, mejorar la conservación... El museo cumplirá cien años en 2028. Ojalá de aquí a entonces dé ese nuevo salto.

—¿Hay posibilidades de que la muestra del Prado se vea en Santiago?

—¿Por qué no vamos a intentarlo?

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