Luis Ojea - LA SEMANA DE OJEA

Un mirlo blanco en el PSOE

Pachi Vázquez es de esa clase de políticos que cuesta en contrar. Destaca en el manejo de ese don que es la paciencia

A Pachi Vázquez, como a todos en la vida, se le podría criticar por muchas cosas. Lo que nadie va a poder reprocharle nunca es que no sea persistente. Después de haberlo sido todo en el socialismo gallego, también uno de los contribuyó a su hundimiento, ha decidido esta semana postularse para líder provincial de ese partido en Ourense.

Vázquez es un mirlo blanco. De esa especie de políticos que cuesta encontrar. No por la altura intelectual de sus discursos ni por la brillantez de su trayectoria como gestor. En esas asignaturas no lograría el aprobado. Pero en lo que sí destaca, muy por encima de la media, es en el manejo de ese don que es la paciencia.

Otros se cansan. Él no. Y no fueron todos días de vino y rosas. Hay muchos momentos de frustración en su carrera. Muchas, muchísimas derrotas. Pero Pachi Vázquez es de los que saben levantarse y reconstruirse. Porque ha aprendido a sobrevivir. Incluso a sí mismo. Y eso, hay que reconocerlo, es un mérito.

Por eso no importa demasiado si gana o pierde esta batalla. Porque seguramente esta no sea la última guerra en la que se embarque. En realidad, su decisión de presentarse ya sirve para imaginarse cuántos problemas va a tener Gonzalo Caballero para abrir un nuevo ciclo en el PSdeG y consolidar su liderazgo.No porque Vázquez esté en este momento predispuesto a enfrentarse al nuevo secretario general de los socialistas gallegos. Sino porque su mera presencia en las primarias es un recordatorio a Caballero de que tiene mucho trabajo pendiente si de verdad quiere reconstruir ese partido.

Es evidente que el futuro del PSdeG no puede pasar por Pachi Vázquez. Ese futuro solo empezará a cimentarse cuando se jubilen definitivamente Vázquez y el resto de los que han sido responsables de que hoy el socialismo sea la tercera fuerza política de Galicia, con menos apoyo electoral que las Mareas. Y esa batalla interna, crucial, se va a dar a partir de ahora en las primarias provinciales y los congresos locales, donde los antiguos caudillos del partido pretenden enrocarse.

Es el caso de Pachi Vázquez, ese mirlo blanco del socialismo gallego que es capaz incluso de sobrevivirse a sí mismo y a su trayectoria. Ganará o perderá. Da igual. No desistirá. Se aburriría sin los tejemanejes y las conspiraciones.

Un cisne negro en la Marea

El socialismo gallego aporta a veces mirlos blancos a la política como Vázquez. Lo que no parece que debamos esperar es que la Marea nos regale ese cisne negro que supondría verlos a todos juntos en paz y armonía.

Resulta extravagante que este fin de semana se hayan reunido las mareas locales para preparar las elecciones municipales y a ese acto no haya acudido el líder de ese espacio político. Una escenificación más de la división del rupturismo. Ferreiro y su entorno llevan tiempo poniéndole la zancadilla a Luis Villares. Noriega saca un libro para cuestionar al entorno de Villares. Beiras se ha pasado a la oposición. Y Podemos va a lo suyo, amagando con presentar sus propias listas en los comicios locales. Un espectáculo notable.

Muchos muñidores y fontaneros va a necesitar Villares para arreglar el tinglado. Si es que tiene arreglo. Porque a estas alturas parece mucho más probable que el invento acabe saltando por los aires.

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