Investigan conexiones entre el crimen de Socorro Pérez y una feria cercana

Un año después de que Socorro Pérez desapareciese mientras hacía deporte en el barrio orensano de O Couto, todas las líneas de investigación para conocer quién acabó con su vida antes de abandonarla en una zona boscosa siguen abiertas. El avanzado estado de descomposición en el que se encontraba el cadáver en el momento de su hallazgo —un mes después de la primera alerta familiar— impidió confirmar si la orensana fue objeto de una agresión sexual, aunque todo apunta a que sí. También está claro que la persona que aplastó su cráneo con una piedra provocándole la muerte es de complexión fuerte y no actuó con excesiva premeditación. Sin embargo, las pruebas recabadas hasta el momento han sido insuficientes para señalar al culpable y resolver el caso.

La falta de avances en la investigación y el aniversario del primer año de la tragedia movilizaron la pasada semana a familiares y amigos de la fallecida que salieron a la calle para exigir justicia. Entre tanto, los agentes de la Udev encargados del caso se afanan en desentrañar las miles de comunicaciones que el repetidor de O Couto recibió la tarde en la que Socorro faltó después de salir a correr. De todas ellas, los efectivos filtraron alrededor de tres mil en las que rastrean pistas que puedan ayudar a esclarecer el crimen. Entre las hipótesis de trabajo que manejan está la posible vinculación de la violenta muerte con la feria que se estaba celebrando en un lugar cercano. Aunque con todas las reservas, los efectivos estudian si el crimen podría guardar relación con sucesos acontecidos en otras ciudades —caso de Valladolid— también en el entorno de estas celebraciones y en parecidas circunstancias.

Restos de vello en el cadáver

De forma paralela, se sigue a la espera del análisis del vello que apareció en el cadáver y que, según fuentes cercanas al caso confirmaron a ABC, no pertenecía a la víctima. Se trata de restos de otra persona que podrían haberse depositado sobre el cuerpo de Socorro Pérez en días previos a la tragedia o la misma tarde del crimen, por lo que los resultados deberán ser valorados para conocer si servirán para arrojar luz sobre el caso.

Los restos óseos de Socorro Pérez fueron descubiertos por unos cazadores que peinaban la zona un mes después de su desaparición en las inmediaciones del seminario de la ciudad áurea. El cuerpo estaba semicubierto por unos matarroles, con los pantalones bajados y bastante deteriorado, lo que dificultó su identificación. A pesar de que ya ha transcurrido un año desde el triste suceso, los agentes siguen confiando en que alguien podría haber visto algo extraño, dado lo concurrido del lugar y la hora a la que probablemente se cometió el crimen, con una posible motivación sexual por parte del agresor.