Feijóo critica los bandazos de Pedro Sánchez sobre el modelo territorial

El titular de la Xunta lamenta que el PSOE sea «un partido sin criterio» por los cambios de discurso de su líder

Defiende que se tengan en cuenta «todos los instrumentos legales» para hacer frente al órdago secesionista

Alberto Núñez Feijóo, tras el Consello de la Xunta XOAN REY/EFE

MARIO NESPEREIRA

Alberto Núñez Feijóo no tiene dudas respecto al modelo territorial que debe consolidarse en Galicia y en España: el mismo que el de la Constitución de 1978. Por eso, el presidente de la Xunta se despachó ayer contra los partidos que proponen, en mitad del huracán secesionista de Cataluña, soluciones improvisadas sobre el futuro del Estado de las autonomías . Uno de esos partidos es el PSOE de Pedro Sánchez, defensor de un esquema que apuesta por reconocer a los catalanes, vascos, y también a los gallegos, un estatus de «nación» por encima del que ya figura en la Carta Magna. Los socialistas, censuró Feijóo, «son un partido sin criterio porque su secretario general lo cambia cada día».

Sánchez hizo de la plurinacionalidad de España un estandarte con el que presentarse a las primarias contra Susana Díaz . La idea, polémica dentro del partido, tuvo su eco en los documentos aprobados por el Congreso Federal que lo entronizó y seguidamente despertó en un sector de la izquierda populista algunos elogios. Como el de En Marea. El portavoz de la confluencia, Luís Villares, resaltó el pasado miércoles que la iniciativa podría tener consecuencias «muy positivas» para Galicia , especialmente para forjar una entente contra el Partido Popular.

Los cambios de discurso, con radicalización incluida, disgustan a Feijóo. El responsable del Ejecutivo gallego no ve con buenos ojos que el líder del PSOE se arrogue en tiempo récord el papel de constructor de un nuevo pacto de país: «Ahora parece ser que España y Galicia serán lo que diga Pedro Sánchez en una conferencia», subrayó.

La otra cara de las críticas pasa por la escena elegida para presentar la propuesta. No es el momento, agregó el presidente autonómico, de «inventar» una reorganización de las autonomías. No, al menos, mientras Cataluña redobla su afrenta ilegal contra el Estado. En todo caso, al margen de la idea de «nación de naciones», la Xunta tiene claro qué posición quiere jugar en la configuración territorial de España. «Los gallegos ya respondimos a eso hace menos de un año, votando a un gobierno que tiene clarísimo lo que somos», resaltó su presidente. «Galicia es una nacionalidad histórica y está al mismo nivel que Cataluña y Euskadi (...), no porque lo diga yo, sino porque los españoles lo decidieron hace décadas».

El artículo 155

Defiende Feijóo la vigencia del acuerdo constitucional y defiende también aplicar todos los resortes jurídicos que recoge su articulado. Una de esas opciones pasa por aplicar el cada vez más popular artículo 155 para hacerse con el control directo de la situación, previa aprobación por mayoría absoluta del Senado . O, en su defecto, por activar la ley de Seguridad Nacional.

Feijóo apuesta por no descartar ninguna de las dos. Se deben tener en cuenta, aseguró, «todos los instrumentos legales» que estén a disposición del Estado, a fin de detener los planes de ruptura de Puigdemont y el bloque secesionista compuesto por Junts pel Si y la CUP. Su estrategia de poner contra las cuerdas al Gobierno está obligando a Rajoy a trabajar en todos los frentes, especialmente el legal. Desde la administración autonómica, se le ofrece todo su respaldo. «Yo confío en este gobierno, en su criterio, en su ponderación y en su firmeza», añadió Feijóo, que reclamó «no adelantar los acontecimientos» antes de que la Moncloa decida qué hacer para evitar la celebración del referendo del 1 de octubre.

Un golpe de Estaso

No se contuvo, no obstante, a la hora de atacar la imagen ofrecida en el Parlament en las últimas jornadas, jalonadas de tensión y reproches por el procedimiento de tramitación «exprés» que dio salida a las leyes de ruptura. «Lo que ha pasado en el Parlament no sucedería en el 99,9% de cualquier parlamento de un país occidental», afirmó, para después añadir que los pasos dados por la Generalitat constituyen «lo más grave» después del golpe de Estado del 23-F.

En 1981, el asalto del teniente coronel Tejero al Congreso fue uno de esos trances «difíciles» para España, «y lo superamos» , dijo. Ahora que el principal reto es restituir la legalidad en Cataluña y volver al clima de normalidad institucional que comenzó a quebrarse hace más de un lustro, el presidente cargó contra la deriva del nacionalismo catalán y el consiguiente aplastamiento de los derechos políticos de la oposición. «Del independentismo están pasando al totalitarismo», denunció. «Lo que ha pasado avergüenza a cualquier demócrata y a cualquier político»

Desde San Caetano se garantiza que una situación como la experimentada en Cataluña «no ocurrirá nunca en Galicia» . Y en segundo lugar, que la administración gallega «seguirá confiando absolutamente en el Gobierno central» y en su «seriedad» a la hora de hacer valer el Estado de Derecho.

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