Luis Ojea - Cuaderno de viaje

Despilfarro: un pésimo negocio

Urge que los políticos afronten una racionalización del funcionamiento y organización de las administraciones públicas sin populismos

Abel Caballero hace mucho tiempo que se ha convertido en una caricatura de sí mismo. Su desmedido localismo y un hipertrofiado ego lo han llevado estas últimas semanas a afirmar que «las luces navideñas de Vigo son mejores que las de Nueva York». En lo que no compite la ciudad olívica es en calidad del agua de la traída. Curiosa la escala de prioridades del alcalde. Caballero presume de haber despilfarrado unos 770.000 euros en alumbrado y ornamentos para las fiestas. Resulta abracadabrante. Y especialmente desconcertante si tenemos en cuenta que es la misma administración que ha escogido no invertir en la construcción de una nueva estación potabilizadora, asumiendo con ello que se distribuya a los ciudadanos agua con unos niveles de hierro anormalmente elevados, muy por encima de los parámetros considerados óptimos.

El problema no es exclusivo de la ciudad olívica. Abel Caballero no es único en su especie. Solo es la punta del iceberg de una forma catastrófica de hacer política. Porque muchos políticos, en un nivel más o menos exagerado según los casos, tienen un punto de populismo. El alcalde olívico lo lleva al extremo, pero lo cierto es que entre las siete ciudades gallegas se van a dilapidar estas navidades más de millón y medio de euros en luces y ornamentos. Y seguramente en todas podríamos encontrar sin dificultad necesidades más apremiantes.

No parece que hayamos aprendido nada de la reciente crisis. Las administraciones públicas siguen malgastando a espuertas. Casi todas acaban el ejercicio en déficit. Menos déficit que antes, pero con déficit. Y muchas con un nivel inasumible de deuda. E incluso aquellas que cierran el año en equilibrio presupuestario o con superávit no se plantean ni por asomo la que debería ser su verdadera prioridad: reducir drásticamente la asfixiante presión fiscal que sufren los ciudadanos.

Urge que los responsables públicos afronten una racionalización del funcionamiento y organización de las administraciones públicas, sin populismos, garantizando la cobertura de los servicios públicos que se consideren esenciales y evitando dilapidar el dinero expropiado a los contribuyentes en actuaciones superfluas. No se trata de eliminar el alumbrado navideño. Se trata de no despilfarrar. No parece prioritario competir con Nueva York en cantidad y calidad de ornamentos. Parece más útil garantizarles a los ciudadanos que llegue agua a sus casas con una calidad óptima.

La mala fala de los peajes

Es cuestión de prioridades. Y de opciones políticas. Como la elección de la fórmula para financiar las inversiones en obra pública. Hay quien prefiere pasar la factura a todos los ciudadanos y quien decide que las infraestructuras las pague quien las use. Los peajes y las tasas tienen muy mala prensa, pero son más eficientes y racionales que los impuestos indiscriminados. Es cierto que conceptualmente los peajes son menos redistributivos. Pero en ello precisamente radica su virtud. En que no socializa el coste de una obra o servicio. El gasto se repercute en quien usa el servicio. Y esa debería ser la vía a la que se recurriese para financiar cualquier infraestructura. Y también cualquier otra prestación de la administración pública.

En la AP9 el problema no es que exista un peaje o en quien recaiga la titularidad de la vía. El problema es que un ministro socialista, por puro populismo, le quiso ocultar a la sociedad una verdad irrefutable: nada es gratis. La cuestión es siempre cómo se paga la factura. Los socialdemócratas preferirán que vaya a expensas de toda la sociedad. Una visión más liberal del asunto recetaría, en cambio, hacerlo vía peajes, para que el cargo recaiga en los usuarios del servicio. Cuestión de prioridades y opciones políticas.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación