La doctora Eugenia López, especialista del CHUAC, durante la charla con ABC
La doctora Eugenia López, especialista del CHUAC, durante la charla con ABC - IAGO LÓPEZ

Cirujanos estéticos denuncian que en Galicia hay más intrusos que médicos acreditados

«Hay liposucciones que se hacen en pisos y un piso no es un quirófano», alertan

Santiago Actualizado: Guardar
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La doctora Eugenia López lleva tres décadas dedicada a la cirugía estética, un tiempo en el que ha visto evolucionar esta disciplina médica hasta límites impensables. De los trasplantes de cara a la revolución de la expansión cutánea, estos avances garantizan al paciente un mejor resultado y un menor riesgo pero, advierte la doctora, «la estética no es ningún juego y no se puede banalizar». Durante una charla mantenida con ABC, previa a la reunión que este fin de semana citó en La Coruña a los cirujanos plásticos más reputados a nivel internacional, esta experta aborda las diferencias entre los tres vértices de una disciplina en auge. «La seguridad social cubre las intervenciones de plástica y reconstructiva, no las estéticas», explica López, médico del servicio de cirugía plástica del Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña.

«El primero de los casos se refiere a malformaciones en la mano, por ejemplo, como la del metacarpo. La reconstructiva ya abarca intervenciones después de accidentes u operaciones con problemas cutáneos en las que hay que hacer coberturas complejas y también la reconstrucción de la mama y su simetrización tras una mastectomía. La estética actúa sobre alteraciones que no causan ningún perjuicio funcional y solo se realiza en el ámbito privado», ejemplifica.

Convertidos en profesionales todoterreno, los médicos plásticos dedican mucha parte de su tiempo a actuar de manera transversal allí donde son requeridos. «Cubrimos las complicaciones que puedan tener otras especialidades como la de traumatología, donde en muchas ocasiones se hacen reconstrucciones de piel, o en la cirugía oncológica cuando se trata de la extirpación de grandes tumores. Son operaciones que, siempre que se puede, se hacen a la vez para evitar el shock», aclara la doctora López.

Reducciones de mama

En el ámbito privado, los requerimientos a los que estos profesionales se enfrentan son muy diferentes. «Las peticiones van por zonas. En el caso de Galicia las mujeres suelen tener el pecho grande, por lo que se nos piden muchas reducciones mamarias. En general, lo que más se hacen son liposucciones, reducciones de pecho y cirugía facial y de rejuvenecimiento», anota López. En cuanto al perfil de pacientes, las mujeres siguen siendo las que más solicitan este tipo de cirugías, aunque el porcentaje de hombres se va incrementando poco a poco. Grosso modo, la doctora diferencia dos tipos de usuarias. «Por un lado están las chicas jóvenes, recién cumplidos los 18, que arrastran un problema desde la infancia como puede ser una nariz grande, las orejas de soplillo o la falta de pecho. Después hay una época donde vuelven a requerir las intervenciones. Se trata de la franja de los 40, cuando la mujer empieza a sentir el paso de la edad y decide arreglarse el pecho o el abdomen. A esa edad también hay muchas operaciones de apoyo, como los rellenos faciales o la toxina botulínica», indica la experta para dirigir la conversación hacia uno de los mayores enemigos de la cirugía estética, el intrusismo.

Sin ambages, López afirma que en la actualidad «hay más intrusos que cirujanos plásticos acreditados». El alarmante dato obliga a que quienes después de once años logran el título de cirugía estética (la única especialidad reconocida) aconsejen a los pacientes que se informen bien antes de ponerse en manos de clínicas «donde la primera consulta la realiza un comercial». «Hay gente que se cuelga el título de cirujano estético porque ha hecho un curso, y no es así», insiste a sabiendas de que algunas de estas operaciones se están realizando en instalaciones que no están preparadas para ello. «Una liposucción no se puede hacer en un piso», afirma rotunda.

La vertiente psicológica

Convencida de que el futuro de esta disciplina médica pasa por controlar los rechazos a nivel físico, en la mayoría de los casos vinculados a la piel, Eugenia López pone el acento en la parte psicológica de estas operaciones. «A veces detectamos que las expectativas del paciente no se corresponden con la realidad y entonces pedimos apoyo psicológico para que nos digan si esa persona va a aceptar el cambio de imagen. Sí es cierto que las nuevas técnicas informáticas permiten que la paciente pueda ver, de una forma aproximada, el resultado y su imagen final tras la intervención, pero esto no es una ciencia exacta. En ocasiones hay que saber a qué pacientes hay que decirles no porque lo que esperan no se puede conseguir».

En este punto de la conversación, la doctora recurre a la frase de un afamado cirujano plástico que siempre supo cuándo parar: «Decía que él se había ganado su fama por los pacientes que había rechazado y no por los que había operado, y ahí está la clave», resuelve López para confirmar que en un alto grado las personas que pasan por el quirófano de un profesional acreditado quedan «muy satisfechas» con el resultado.

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