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Cinco lugares para hacer «running» en Alicante

Saludable, cómodo y barato: el deporte de moda, el salir a correr de siempre, cuenta con recorridos en la provincia que lo hacen más atractivo todavía

ALICANTE Actualizado: Guardar
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  1. Río de Elche

    Al igual que ocurre en otras ciudades -como Valencia- el cauce de un río se utiliza más para la vida cotidiana de los ciudadanos que para el paso fluvial. El río Vinalopó atraviesa Elche de norte a sur, y sus ajardinadas orillas permiten la práctica del deporte en muy diversas formas. Por el río de Elche es habitual ver a ciclistas, gente paseando al perro y, por supuesto, corredores.

    Aunque su extensión no es demasiado prolongada -correr todo el cauce en ambas direcciones supone entre siete y ocho kilómetros-, es un lugar tranquilo, agradable y alejado del tráfico en el que poder hacer «running» sin interrupciones. Además, uno de los recovecos del alargado parque alberga un pequeño gimnasio callejero, sin lujos pero con máquinas básicas y complementarias con las que trabajar otros grupos musculares antes de poner fin a la carrera.

  2. «Running» marítimo en Alicante

    Alicante, sin salir de la ciudad, brinda la posibilidad de correr con la brisa del mar como acompañante. En una línea casi recta de varios kilómetros de longitud, los amantes del deporte podrán correr desde el marítimo barrio de San Gabriel hasta el final de la playa del Postiguet, trazando la frontera entre el Mediterráneo y el centro de la ciudad.

    Un paseo perfectamente asfaltado, amplio y cómodo en el que, eso sí, según la época del año o el día de la semana es probable que toque ir esquivando viandantes y turistas. Por el camino, bellas estampas como Casa Mediterráneo, el parque de Canalejas, la Explanada de España o la Plaza del Mar. Además, para los más resistentes (y hasta valientes) está la opción de, una vez finalizada la playa del Postiguet, continuar por la avenida Villajoyosa, añadir pendiente a la carrera y llegar hasta la Albufereta.

  3. Arenales del Sol

    Durante el invierno, un lugar inmejorable para salir a correr. Casi desértico, con el mar como banda sonora y paisaje de fondo y una tranquilidad que no tiene precio. Un paseo no demasiado prolongado, de cerca de tres kilómetros, con suaves desniveles para ponerle un poco de picante. Además, la orografía de Arenales del Sol ofrece pendientes para aquellos que quieran castigarse un poco más y ver el mar desde una perspectiva más elevada.

    Al final del paseo, un camino rodea la playa del Carabasí y abre un camino que, para los que tengan las pilas todavía cargadas, vale la pena recorrer. La carretera del faro, que conecta Santa Pola y Arenales pegada al mar, es uno de los lugares predilectos para los «runners» y ciclistas de la zona, aunque el tráfico de coches en verano complica un poco el tránsito.

  4. Vía Parque

    Una ruta un poco gris, que no tiene una de las estampas más bonitas de la provincia pero realmente cómoda y accesible para practicar el «running» entre palmeras. La Vía Parque, carretera que -muchas rotondas mediante- conecta Elche y Alicante por un camino alternativo a la autovía, transcurre atravesando campos ajenos a los cascos urbanos, sin demasiado tráfico y con amplios carriles bici en los que conviven sin problema corredores y ciclistas.

    Difícilmente un corredor cubrirá el recorrido completo de una sentada (sería una distancia superior al maratón entre ida y vuelta) pero para aquellos que tomen la salida desde alguno de los dos grandes núcleos urbanos de la provincia, verán bulevares de reciente construcción y algo más embellecidos conforme se acerquen a la ciudad. La tranquilidad hace que el recorrido, sin ser bonito, sí sea de lo más apacible. Sólo una advertencia: cuidado con elegir esta opción en días de calor, pues no hay una sola sombra en el camino.

  5. Alicante Norte

    Para los habitantes del norte de la ciudad de Alicante puede no resultar cómodo acercarse hasta la playa para salir a correr. Si bien el camino de ida sería plácido gracias a la pendiente descendente de gran parte del trayecto, escalar de vuelta a casa con varios kilómetros en las piernas puede resultar una tarea de lo más tediosa.

    Para evitar estos incómodos tramos, una buena opción puede ser correr en dirección contraria: los accesos a Alicante por el norte, desde la tradicional carretera de Valencia, cuentan con rutas señalizadas, carriles bici y caminos a través de los que correr sin ningún problema. Las distintas vías que conectan la ciudad con la Universidad de Alicante, a la entrada del municipio de San Vicente del Raspeig, son una buena opción. Además, la distancia es perfecta para que corredores intermedios recorran alrededor de diez kilómetros entre ida y vuelta, rodeando el campus de la UA (o incluso por dentro) y llegando a los barrios del norte sin tener que sufrir desniveles pronunciados.

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