Industria auxiliar del automóvil, gigantes a la sombra de las marcas

Cuando en el sector del automóvil se alude a la industria auxiliar o de componentes, el concepto no hace justicia al tamaño y dinamismo de unas empresas que, de manera particular, y por supuesto en conjunto, son auténticos gigantes, superiores en cuanto a trabajadores y facturación a las marcas a las que proveen. De hecho, se estima que en España, por cada empleado en la planta de Seat en Martorell, o en la Opel de Zaragoza, o en la Volkswagen de Navarra, hay entre cuatro y cinco en la industria auxiliar de componentes.

Una de estas firmas es Grupo Jordan, ejemplo de la evolución de un hipercompetitivo sector que en pocas décadas pasó del pequeño taller a las grandes plantas exportadoras dotadas de última tecnología.

En su caso, el salto de un taller en la plaza España de Barcelona dedicado a la estampación de piezas metálicas fundado en 1952, a un pequeño gigante del sector que emplea a 400 trabajadores, factura por encima de los 50 millones de euros y exporta más de la mitad de su producción. El capital de la empresa sigue íntegramente en manos de la familia fundadora.

Con el grupo Volkswagen como primer cliente, y al igual que otros nombres de la industria auxilar del automóvil, Grupo Jordan sufrió en sus carnes la caída de la producción en las fábricas de automóviles. «Fue una época complicada», admite Lluís Plana, director comercial de la firma. La imposibilidad de hacer frente a las fuertes inversiones efectuadas, junto a la caída de ventas obligaron a un proceso de refinanciación de la deuda que les permitió superar el bache. Tres años después, la firma afronta una nueva etapa de crecimiento, en la que además ha optado por reforzar otras líneas de negocio como el de la línea blanca para superar el cuasi monocultivo del automóvil. «Diversificar nuestra producción es una forma de garantizar el futuro», apunta Plana.

La evolución, al igual que otras compañías del sector, ha sido rápida. En 1999 culminaron su traslado a su actual ubicación en Martorell, en el entorno de parque de proveedores de SEAt. Allí, siguiendo los requerimientos de unificación de suministros a todas las plantas de grupo VW, Jordan inicia un proceso de internacionalización de sus ventas, hasta el punto que actualmente suponen más del 50% de la actividad del grupo, esencialmente destinados al mercado europeo, americano y surafricano.

Durante la primera década de este siglo, Jordan refuerza su capacidad industrial con inversiones muy significativas, y en 2009, con el ánimo de ampliar su cartera de clientes y diversificación de sectores de negocio, se adquiere la sociedad Estampaciones Metálicas Zaragozanas (EMZA), que ahora pasará a llamarse Jordán Aragón, y que supuso el inicio de otra de las líneas de negocio del grupo, que es la línea blanca. Con el paréntesis que supuso la crisis industrial del sector del automóvil, Jordan ha continuado su evolución, integrando en la gestión a la siguiente generación familiar.

Crecimiento del 8%

Durante 2015, acompañado de unos resultados que aseguran el plan de futuro de la compañía, se ha realizado la compra de otra sociedad, Cinicrom -en Santpedor (Barcelona)-, dedicada a la pintura y recubrimientos especiales para sector del automóvil, y también para otros sectores industriales.

El ejercicio de 2016, apunta LLuís Plana, siguiendo lo previsto en el plan estratégico, se mantiene en una línea creciente de expectativas de negocio -en 2015 se creció un 8%-, y tiene como hitos principales la ampliación del grupo con una nueva unidad productiva creada, en este caso relacionado con la matricería, J-Tooling, y con una nueva planta en Aragón para dar más capacidad de suministro por los nuevos contratos generados en esa zona.

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