La OBC invoca a Beethoven al comienzo del curso

La orquesta interpretará la Obertura “Egmont” de Beethoven como una reflexión sobre la dignidad de los seres humanos

La OBC, en una imagen promocional Igor Cortadellas

PABLO MELÉNDEZ-HADDAD

El primer concierto de la temporada de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) llega (hoy, mañana y el domingo) a su sede en l’Auditori con un mensaje de paz, libertad y esperanza. «En estos momentos complicados para la ciudad hemos añadido al programa inaugural la Obertura “Egmont” de Beethoven como una reflexión sobre la dignidad de los seres humanos», afirmó al comienzo de la que será su tercera temporada como titular el director del conjunto, Kazushi Ono, durante la presentación del primer concierto del curso. En principio solo estaba programada la «Tercera Sinfonía, “Heroica”», de Beethoven, y el extraordinario «Concierto para violín» de Chaikovsky, pero el maestro Ono ha querido incidir en el mensaje de armonía que emana la música incorporando una obra muy significativa.

«Estaba en Barcelona cuando sucedió el atentado [de La Rambla] y quedé impactado. He vivido otras situaciones extremas, como la guerra civil de Croacia y Serbia, donde nunca se cancelaron los conciertos ni las óperas durante el conflicto. Es más, incluso aumentó el público. Por eso pensé en lo mucho que la música ayuda a la dignidad del ser humano, especialmente a quienes valoran la cultura. Y como ahora estamos viviendo un momento especial, creo que una pieza como la Obertura “Egmont” es perfecta porque habla, precisamente, de la dignidad de los seres humanos».

Jordi Tort, gerente del Consorci de l’Auditori i l’Orquestra, afirmó estar «muy contento» porque la venta de entradas va sobre ruedas: «La ocupación está yendo muy bien a pesar de lo complicado de las fechas».

Julian Rachlin será el encargado de sacar adelante la parte solista del imposible «Concierto para violín en Re mayor» de Chaikovsky, quien coincidió con el maestro Ono en lo útil que resulta la música en momentos de problemática social. «La música es abstracta, pero también un lenguaje claro y poderoso. He tocado mucho en Croacia, Serbia e Israel; allí hay una sensación de guerra constante... En Japón tocamos ante víctimas de un terremoto. La música es una manera de salir adelante; nosotros llevamos al público a otro mundo durante dos horas. La música no salva vidas, pero sí es un bálsamo para el alma», afirmó el músico lituano.

Durante la presentación también se subrayó el compromiso social de la OBC, que esta temporada crecerá en iniciativas, así como el nacimiento de los «Amics de l’OBC», grupo formado por abonados y seguidores del conjunto catalán.

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