Barcelona entierra la construcción del hotel del Palau

El Ayuntamiento dejará en el próximo pelno sin efecto la calificación que permitía construirlo

El Palau, a la izquierda, y el inmueble que tenía que albergar el hotel de lujo YOLANDA CARDO

A. C.

«Era de justicia: no habrá hotel en el Palau, habrá equipamiento escolar para el barrio . La ciudad estaba en deuda con los vecinos y vecinas del Casco Antiguo que nunca se rindieron». Con este mensaje en Twitter, la alcaldesa de Barcelona Ada Colau dio por enterrado ayer el controvertido hotel de lujo que tenía que construirse frente al Palau de la Música, un proyecto que saltó a la polémica durante la judicialización del saqueo de la institución que hoy verá su sentencia.

Colau reconoció que la finca donde debía construirse el hotel, ubicada en la calle Sant Pere Més Alt con Amadeu Vives, «es de momento propiedad privada y además está en un litigio jurídico entre propiedades», de manera que aún no puede convertirse en equipamiento público. El Ayuntamiento, sin embargo, prevé aprobar en el pleno municipal de este mes dejar sin efecto definitivamente el planteamiento urbanístico que permitía la construcción del controvertido hotel.

En concreto, el consistorio aprobará una Modificación del Plan General Metropolitano (MPGM) que deroga la MPGM en el mismo ámbito que aprobó la Comisión de Urbanismo de Barcelona el 22 de julio de 2009. Éste será el último trámite municipal para recuperar la calificación de equipamiento para las fincas afectadas, que Fèlix Millet consiguió que cambiaran para poder tener unos usos hoteleros. Ahora se devolverá a la ordenación preexistente y las calificaciones urbanísticas vigentes antes de su aprobación, según el consistorio.

Enriquecimiento personal

En declaraciones a TV3, Colau denunció que en este caso «al margen de si era legal o no, ha habido personas que han tenido acceso directo a las instituciones y han podido defender intereses privados buscando solo el enriquecimiento personal y conseguir tratos de favor». Este proyecto urbanístico fue objeto de una larga reivindicación vecinal y a partir de ahora, según fuentes municipales, se trabajará para dotar a las fincas «con un uso que vaya de acuerdo con las necesidades actuales del distrito».

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