José García Domínguez - Punto de Fuga

Nunca seréis Dinamarca

¿La República Catalana se estrenará subiendo 18 puntos los impuestos? Lo dudo

José García Domínguez
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Sostenía el viejo Pla que iba a resultar algo difícil reproducir Suecia en un lugar, Cataluña por más señas, donde nunca han abundado demasiado los suecos. Y yo pienso lo mismo a propósito de esa fantasía que tiene ahora Artur Mas con Dinamarca. En cualquier caso, si dentro de siete u ocho siglos, cuando por fin se consume el «procés», aquí vamos a ser todos daneses, convendría informar antes al personal de que la presión fiscal en Dinamarca alcanza un 56% del PIB, 18 puntos más que en España. ¿La República Catalana se estrenará subiendo 18 puntos los impuestos? Lo dudo. Sea como fuere, lo en verdad raro no es que Cataluña se parezca a Dinamarca como un huevo a una castaña, sino lo contrario, esto es, que Dinamarca recuerde tan poco al universo moral que les resulta tan propio a nuestros catalanistas con mando en plaza.

Lo en verdad extraño es que existan lugares, así Dinamarca, donde el señor Puigdemont, por lo demás persona digna del máximo respeto, jamás habría llegado a ocupar las supremas magistraturas civiles. Lo extravagante, insólito y contra natura , insisto, es Dinamarca, no Cataluña. El nepotismo institucionalizado y las cien mil variantes del patrocinio clientelar, el beneficiar desde el poder con sinecuras y privilegios a parientes, amigos, cuates y compadres, desengañémonos, es algo que forma parte de la condición humana. Razón última, esa, de que resulte tan arduo construir un estado moderno, el estado moderno que Cataluña nunca lograría poner en pie si se consumase mañana mismo la independencia. Y es que comportarse al modo de Dinamarca, designar para los puestos de superior responsabilidad a las personas más cualificadas y expertas, amén de moralmente solventes, al margen de su relación de proximidad con el poder, crear un una administración pública impersonal y regida solo por el principio de mérito y capacidad, todo eso es algo que va en contra de nuestro código genético. De ahí que lo normal sea esta Cataluña de Mas, Puigdemont, Montull, Millet & cía., no Dinamarca.

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