Del Arco, arropado por Alberto San Juan, Elisabet Gelabert, Mercedes Sampietro, Macarena Sanz y Gonzalo de Castro
Del Arco, arropado por Alberto San Juan, Elisabet Gelabert, Mercedes Sampietro, Macarena Sanz y Gonzalo de Castro - ical
CINE

La Seminci arranca con «Las furias», ópera prima de Miguel del Arco

El dramaturgo admite que su debut en el cine le ha generado «angustia», pero también «adrenalina»

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Reconocido dramaturgo, director de escena, guionista y actor en su juventud, el madrileño Miguel Del Arco, a sus 52 años, se adentra por primera vez en la dirección de largometrajes con «Las furias», película que sirvió para inaugurar ayer la 61 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid y que fue acogida con aplausos tanto por el público como por la prensa. Arropado por parte de su «reparto soñado» —acudieron al estreno Alberto San Juan, Mercedes Sampietro, Macarena Sanz y Gonzalo de Castro y faltaron, entre otros, José Sacristán, Carmen Machi y Enma Suárez, Del Arco reconoció que su experiencia en el séptimo le ha generado «angustia», pero también «mucha adrenalina», por lo que anuncio que intención es realizar una segunda película «y muchas más» después de haberse «enganchado» a los rodajes.

Cuestionado sobre las diferencias entre trabajar para el teatro y el cine, el responsable de la exitosa «La función por hacer», aseguró que ama «intensamente» ambas modalidades y prefirió evitar comparaciones porque «al final, en ambas disciplinas, se trata de contar historias». Eso sí, admitió también cierta «frustración» cuando filma porque «todo depende de un momento y lo que eres capaz de rodar es lo que te llevas para toda la vida», mientras que en el teatro «se puede cambiar y seguir ensayando si algo sale mal».

«Las furias» es un «dramón total», como definió Alberto San Juan, salpicado de momentos de humor —los mejores del filme— en el que se dibuja la conflictiva relación entre los miembros de la familia Ponte Alegre —el nombre tiene su guasa— con un título que hace referencia a las tres «demonias» vengadoras que aparecen en la mitología griega y que persiguen sin piedad a quien hiera a su propia familia. Desde ese punto de partida, las enfermedades —mentales, físicas y «humanas»— afloran y desatan todos los males entorno a la que se supone es la ultima cita del clan en su «casoplón» de toda la vida. Una tragicomedia «coral» con varios giros —y necesarios respiros— que nace, según explicó Del Arco, en que «cada día parece que estamos más tarados». Según el director, «nos cuesta hablar de ello, pero se ha disparado el consumo de ansiolíticos entre las mujeres mayores, la tasa de suicidios es gigantesca,... Me interesaba indagar en los desequilibrios, en las enfermedades reales y en las que nos inventamos nosotros mismos para culpar a los demás de no haber sido capaces de cubrir las expectativas de lo que nos hubiera gustado ser», sentenció antes de aclarar —para rebajar un tanto la seriedad del mensaje— que «no se trata de una película autobiográfica». Para el también guionista del filme, que se estrena el día 11 de noviembre, muchos espectadores no podrán evitar sentirse «identificados».

Con el largometraje español daba comienzo un festival en el que 18 películas de las filmografías más variadas compiten hasta el próximo sábado por la Espiga de Oro. De momento, una gala conducida por Ana Morgade y con Raúl Arévalo como «padrino» puso el contraste más desenfadado antes de .....

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