¿Error de protocolo o estrategia para lanzar un mensaje?

«Un error de protocolo es muy raro que se produzca porque detrás de cada evento hay equipo muy grande de profesionales que lo tiene todo medido al milímetro», apunta la directora de Relaciones Institucionales de la Escuela Internacional de Protocolo, Marina Fernández , para quien lo normal si éste se produce es porque se quiere «lanzar un mensaje».

Ocurrió a principios de noviembre, recuerda, e n la visita del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a Japón , cuando éste no hizo la reverencia protocolaria propia del país nipón al ser recibido por el emperador Akihito. «Trump decidió saltarse el protocolo conscientemente». ¿Por qué? Para esta experta, obedece a una cuestión de opinión pública en el país norteamericano: «Cuando el presidente Obama hace unos años fue a visitar al emperador de Japón cumplió con la tradición, hizo la reverencia, y cierta parte de la opinión pública y de los medios de comunicación más conservadores se llevaron las manos a la cabeza porque el presidente que representa a los norteamericanos se había postrado ante un enemigo de la Segunda Guerra Mundial». Es por ello por lo que considera que Donald Trump no decidió inclinarse ante el emperador.

De hecho no es la primera vez que el actual presidente de Estados Unidos se salta el protocolo. Ocurrió también durante una reunión de la OTAN, cuando el dirigente empujó al primer ministro de Montenegro, Dusko Markovic, para colocarse al frente de un grupo de mandatarios. «Entonces los jefes de protocolo del evento hicieron su trabajo excelentemente bien, y fue el señor Trump quien decidió saltárselo. Al final, trabajamos con personas», sostiene Marina Fernández, recordando que el protocolo internacional está muy desarrollado, y que por ejemplo, existen unas pautas claras de ordenación en este tipo de encuentros, generalmente por orden alfabético el nombre de los países en inglés, «o si son actos de la Unión Europea, por el idioma de cada país».

«Utilizar el protocolo como herramienta de comunicación tiene sus riesgos. Si cumples, nadie lo va a criticar, pero si te lo saltas para lanzar un mensaje puede salir bien o mal». Esto último ocurrió, recuerda, en la reunión que mantuvieron en las Azores el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, con su homólogo en Estados Unidos, George W. Bush, entre otros mandatarios, que precipitó la invasión de Irak. Ese encuentro dejó en la retina de muchos la mítica foto en la que aparecen los dos líderes citados con los pies encima de la mesa. «En este caso la opinión pública no entendió el mensaje como él quería que lo hubiese entendido».

Para Marina Fernández, que ha participado estos días en el Congreso Internacional de Protocolo celebrado en Valladolid, esta herramienta de comunicación debe evolucionar con el tiempo, «no podemos trabajar casi en 2018 con el protocolo que se utilizaba en el siglo XV». En este sentido, destaca que «la Casa Real española está siempre a la vanguardia» . «Con el reciente cambio en la jefatura del Estado llegó un equipo nuevo que ha querido transmitir un mensaje nuevo, por lo que ha habido unos cambios protocolarios importantes», apunta la directora de Relaciones Institucionales de la Escuela Internacional de Protocolo.