María Teresa, a su llegada a la Audiencia Provincial de Toledo
María Teresa, a su llegada a la Audiencia Provincial de Toledo - Luna Revenga

«Había consumido mucho hachís y no recuerdo si tiré a mis hijos por la ventana»

La madre de Recas acusada de dos asesinatos en grado de tentativa rompe a llorar en el juicio

Toledo Actualizado: Guardar
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El tribunal que juzga a María Teresa por el asesinato en grado de tentativa de dos de sus tres hijos en Recas, el 20 de abril de 2015, deberá apreciar si el continuado consumo de hachís por parte de la acusada influyó en su execrable actitud la tarde de aquel lunes. Lanzó por una ventana de su casa, un primer piso, a su hijo de 16 meses y a su hija de 10 años. La mayor, de 13, se libró seguramente de ser la siguiente en caer porque salió de casa para pedir ayuda. A pesar de los cuatro metros de altura, los pequeños sobrevivieron a los fuertes impactos contra un coche rojo que había debajo de la ventana.

María Teresa ha atribuido este martes su conducta a su adicción al cannabis.

«Había consumido mucho hachís ese día y no recuerdo nada de lo que ocurrió», dijo en la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Toledo. Sollozando durante gran parte de su declaración, María Teresa ha contado al tribunal que fumaba doce porros de marihuana al día. «Llevaba consumiendo desde hacía dos años; al principio, esporádicamente, y luego a diario, cuando me junté con el padre de mi hijo pequeño», afirmó.

Su declaración quedó interrumpida durante un minuto cuando María Teresa lloró amargamente al ver la fotografía que le mostraron de su hijo pequeño. Repuesta en parte, explicó que a mediados de enero de 2015 se separó de su pareja sentimental y padre de su bebé de 16 meses. A partir de ahí, incrementó el consumo de sustancias tóxicas y afirmó que no tenía comida en casa ni dinero para pagar el alquiler, pese a llevar una temporada trabajando para el Ayuntamiento a través de un plan de empleo.

Cambio de actitud

Desde días antes de arrrojar a sus hijos por la ventana, María Teresa dijo que «escuchaba voces, ruidos extraños, pensaba que alguien me perseguía y desaparecían las cartas del buzón», por lo que intentó instalar una alarma en su piso. «Ahora creo que eso era producto del cannabis», añadió.

Tanto el guardia civil como los vecinos que comparecieron en la sala describieron que María Teresa estaba muy alterada y gritaba cuando arrojó primero a su pequeño de 16 meses y luego a su hija de 10 años. Eran las 20.15 horas. «Leyó versículos del Corán antes de tirar a la niña», afirmó el agente, que acudió al aviso. Él y un compañero le pidieron que depusiese su actitud e intentaron en varias ocasiones aproximarse a la vivienda, pero María Teresa les respondió lanzando objetos. «El moro me ha dicho que la tire por la ventana», repetía a voces la mujer antes de lanzar a su hija.

Sin embargo, una acción de María Teresa llama la atención. Mientras sus dos hijos cayeron de cabeza, arrojados por su propia madre, la acusada se apoyó en el alféizar de la ventana, se descolgó y «cayó de pie» desde una altura de tres metros, según los cuatro testigos que comparecieron en la sala. Ya en el vehículo de la Guardia Civil, la mujer intentó agredir a los dos agentes y escupió a uno de ellos.

La acusada, momentos antes de declarar en el juicio
La acusada, momentos antes de declarar en el juicio - Luna Revenga

Dos de las mujeres que testificaron coincidieron en que el comportamiento de María Teresa había empeorado en las semanas previas al 20 de abril de 2015, sobre todo a raíz de la separación de su último compañero sentimental. «Estaba más alterada», dijo María Cruz, una de sus vecinas. «En los últimos días decía que tenía mucho miedo a entrar en su casa», recordó Remedios, trabajadora del comedor social del pueblo. Incluso el día de autos María Teresa discutió con el alcalde. «Estaba fuera de sí, estaba muy alterada, decía que no la querían en el pueblo», añadió Remedios.

La acusada llegó a ser examinada por un psicólogo de la ONG «Mensajeros de la Paz», de la que era voluntaria, pero este no detectó ninguna anomalía reseñable, según reconoció la propia acusada ante el tribunal. Precisamente las comparecencias de los médicos forenses y peritos, previstas para este miércoles, arrojarán más luz sobre la conducta que María Teresa tuvo la tarde del 20 de abril de 2015.

Esta madre de tres hijos se enfrenta a una pena, solicitada por el Ministerio Público, de catorce años de prisión por los dos asesinatos en grado de tentativa y otro por presunto maltrato a su hija mayor, que compareció a puerta cerrada y detrás de un biombo, que la separaba de su madre.

La fiscal considera que concurren la circunstancia agravante de parentesco y la eximente incompleta de intoxicación plena por el consumo de drogas tóxicas. Sin embargo, la defensa pide que se aplique a María Teresa la eximente completa y, por tanto, la libre absolución.

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