«Me hago cargo de un museo consolidado y prestigioso»

Con confianza e ilusión, el general de brigada Antonio Rajo Moreno (Badajoz, 1957) juró este viernes en Toledo su cargo como director del Museo del Ejército, en sustitución del general Juan Valentín-Gamazo. «Me hago cargo de un museo consolidado y prestigioso, fruto del esfuerzo de los que me precedieron. (...) [Valentín-Gamazo] me ha dejado el listón muy alto», subrayó Rajo Moreno, quien también asume el puesto de comandante militar de Toledo.

Igualmente, el general de brigada en situación de reserva tuvo palabras de agradecimiento para el personal que trabaja en el edificio. «Manifestar mi alegría por ser uno de vosotros y el orgullo que siento por poder dirigiros», dijo a los trabajadores presentes en el auditorio del museo, en el que también hubo numerosas autoridades civiles y militares.

«Haré todo lo que pueda para integrarme cuanto antes en este equipo sin que haya fisuras, desequilibrios ni retrasos, para continuar la excelente labor realizada por el museo hasta el día de hoy», afirmó el flamante director, quien no se olvidó de la «excelente labor de los voluntarios» que muestran el museo.

Minutos antes, la voz de Rajo Moreno se había quebrado unos segundos cuando aludió a su esposa, Elvira, y a sus hijos, Jorge y Leticia, que «siempre han apoyado mis decisiones, a pesar de los sacrificios que han supuesto».

Revivió otro momento emotivo cuando recordó su relación con la «emblemática» ciudad de Toledo; fue hace 35 años para realizar el quinto y último curso para conseguir la graduación de teniente de Infantería.

Sobre la sede del Museo del Ejército, el alcázar, afirmó que «es difícil encontrar un edificio en España con más carga histórica, [ya que fue ] asentamiento íbero, romano y visigodo, alcazaba árabe, castillo medieval, palacio imperial y, finalmente, cuna de infantes y de héroes (...) No se me ocurre un sitio mejor para ubicar un museo del Ejército». La colección cuenta entre sus paredes con más de 37.000 fondos, «bienes culturales del patrimonio español de valor único en el mundo», resaltó.

Rajo Moreno adelantó que pondrá todo su empeño y esfuerzo en «no defraudar» a la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal; al director del Instituto de Historia y Cultura Militar, el general de división José Carlos de la Fuente Chacón, y «al teniente general Jefe de Estado Mayor del Ejército que decidió elevar mi propuesta».

El general de brigada utilizó la palabra «milagro» para referirse a la hazaña que ha sido «a veces» abrir las puertas del museo, que ha recibido dos millones de visitas en los últimos siete años, con una media de 300.000 visitantes cada ejercicio.

Aludió también a los problemas de personal que hay en el museo, así como la situación económica que atraviesa. «Para minimizar su impacto, deberemos estudiar minuciosamente cada necesidad y priorizar los recursos», adelantó Rajo, quien agradeció el trabajo de la Fundación del Museo y de la colaboración de sus patronos para lidiar esa coyuntura económica.

Calor para el museo

Entre sus objetivos, el director citó culminar, entre otras, exposiciones como la de «Cervantes, poeta y soldado de la Infantería española», abierta hasta mayo; «Exótica y Militaria», a partir de ese mes, y «El Ejército de Carlos III», desde octubre. También habló de remodelar la sala del Ejército en el tiempo presente, implantar la nueva ruta del Alcázar arquitectónico e impulsar el plan para la restauración de fondos, además de potenciar proyectos de investigación cultural.

El general de división De la Fuente Chacón cerró el acto. Agradeció el trabajo de Valentín-Gamazo, «excelente compañero», y aventuró que Rajo Moreno continuará «aventando» ese calor que el director saliente insufló en el museo durante su mandato. «Estoy convencido de que vas a hacernos disfrutar —dijo De la Fuente Chacón a Rajo Moreno—, y haciendo disfrutar es como se consigue objetivos, ilusionar a los demás y arrastrarnos a conseguir dar más calor a este museo».