Don Juan Carlos y el presidente electo de Argentina, Mauricio Macri, este miércoles en Buenos Aires
Don Juan Carlos y el presidente electo de Argentina, Mauricio Macri, este miércoles en Buenos Aires - EFE

El Rey Don Juan Carlos en Argentina: ni taxi ni plantón

El Rey emérito fue recibido por el embajador de España y una diplomática argentina de enlace, como estaba previsto, y se trasladó al hotel en los vehículos oficiales que le aguardaban

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La llegada del Rey Don Juan Carlos la medianoche del martes al miércoles (hora española) al aeropuerto internacional de Ezeiza se produjo con toda normalidad y, como estaba previsto, acudió a recibirle el embajador de España en Argentina, Estanislao de Grandes, acompañado por una diplomática de enlace, según han confirmado a ABC personas que acompañan a Don Juan Carlos en el viaje. En el aeropuerto estaban aguardando los vehículos oficiales que trasladaron al Rey y a sus acompañantes hasta el hotel donde se hospedan durante su estancia en Buenos Aires.

Por lo tanto, no es cierto, como ha divulgado por error algún medio argentino, que el canciller argentino Héctor Timerman dejara «abandonado al Rey Juan Carlos en Ezeiza» ni tampoco que el Rey terminara «tomándose un taxi».

Aunque ABC no publicó en ningún momento estas informaciones erróneas, ante las llamadas que ha recibido a lo largo de la tarde de este miércoles procedentes de medios de comunicación españoles y extranjeros, este periódico ha considerado conveniente contrastar estos hechos y relatar con detalle cómo fue la llegada del Rey Don Juan Carlos a Argentina.

Don Juan Carlos viajó el martes a Argentina para representar a España en la toma de posesión del nuevo presidente, Mauricio Macri, prevista para este jueves. El Rey emérito viajó en un avión de la Fuerza Aérea Española, que aterrizó en el aeropuerto internacional de Ezeiza a las ocho de la tarde (hora local) o doce de la medianoche (hora española). En este viaje, acompañan a Don Juan Carlos el secretario de Estado de Cooperación y para Iberoamérica, Jesús Gracia, y el consejero Diplomático y jefe de la Secretaria de Don Juan Carlos, Alfonso Sanz Portolés.

En esta ocasión, no estaba previsto que hubiera una ceremonia de bienvenida con honores. En cuanto se abrió la puerta del avión, pasaron al interior del mismo el embajador de España en Argentina, Estanislao de Grandes, y una diplomática argentina de enlace, procedente de la Dirección Nacional de Ceremonial del Ministerio de Asuntos Exteriores y Culto. Ambos subieron al avión para dar la bienvenida al Rey.

Cuando el avión oficial aterrizó, una fuerte tormenta había descargado en Ezeiza, por lo que el saludo de los consejeros de la Embajada al Rey, que en principio estaba previsto a pie de pista, se trasladó al hotel.

En el aeropuerto también aguardaban los vehículos oficiales que desplazaron a Don Juan Carlos y a sus acompañantes hasta el hotel donde se hospeda.

Como es habitual en los viajes a las tomas de posesión de los presidentes iberoaméricanos, España había solicitado entrevistas de cortesía con el presidente saliente y el presidente entrante, una costumbre que Don Felipe mantuvo en los 69 relevos presidenciales a los que asistió antes de su proclamación.

El silencio de Kirchner

Sin embargo, en este caso, la presidenta saliente, Cristina Fernández de Kirchner, que no quiere participar en la ceremonian del relevo presidencial, no había respondido a la petición de España, a la hora de escribir estas líneas. El plazo terminaba a las doce de la noche del miércoles, cuando concluye oficialmente su mandato. Pero durante este tiempo, Don Juan Carlos no ha estado a la espera. El Rey emérito ha clausurado por la mañana en Buenos Aires la primera reunión de la Fundación Cotec en Iberoamérica. Por la tarde se reunió con el presidente electo, Mauricio Macri, y por la noche iba a ofrecer una recepción a la colonia española en la residencia del embajador.