La banda de la que formaba parte el taxista traficaba fundamentalmente con cocaína y metanfetaminas
La banda de la que formaba parte el taxista traficaba fundamentalmente con cocaína y metanfetaminas
Tribunales

Condenado a tres años y medio de prisión por usar su taxi para vender droga

Formaba parte de un grupo de traficantes en Zaragoza y por el que han sido condenados a prisión otras dos personas

Zaragoza Actualizado: Guardar
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Un taxista zaragozano de 37 años ha sido condenado a tres años y medio de prisión y a pagar 5.000 euros de multa por utilizar su taxi para vender droga a clientes que previamente contactaban con él.

El acusado formaba parte de un grupo de traficantes afincado en la capital aragonesa y por el que han sido condenados a prisión otras dos personas, un hombre de 33 años y otro de 37.

La Policía comprobó que el taxista utilizaba su vehículo profesional para vender droga a su lista de clientes. Lo usaba como tapadera, de forma que las transacciones las realizaba acudiendo a buscarles previa cita.

El taxista en cuestión, Juan José S.G., es vecino de Zaragoza. Estaba compinchado -según la sentencia- con Carlos R.S., de 33 años, y con Alberto F.G., de 37.

Los tres formaban parte de un grupo organizado y en el que cada uno de ellos tenía encomendadas diversas funciones y escalafones.

El cabecilla era Carlos R. S., natural de Teruel pero afincado en Csetas (Zaragoza), que ha sido condenado a cinco años de prisión y a 20.000 euros de multa. El otro condenado, Alberto F. G., residía en Utebo y ha sido condenado a tres años y medio de prisión y a una multa de 3.900 euros.

Para todos ellos se pedían inicialmente condenas muy superiores. Sin embargo, la Fiscalía llegó a un acuerdo con los acusados, que reconocieron los hechos. El fiscal, a cambio, rebajó su petición de condena para todos ellos.

Según la sentencia, aceptada previamente por los acusados, se dedicaban a distribuir droga entre consumidores finales de Zaragoza. Fundamentalmente distribuían cocaína, «speed» y «éxtasis», estupefacientes que Carlos R. S. se encargaba de adquirir a otros narcotraficantes y que luego vendía junto a los otros dos acusados.

La Fiscalía aceptó rebajarles la pena tras considerar que, cuando se produjeron los hechos, los tres eran consumidores habituales de droga, lo que les ha valido como atenuante.

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