Mariano Rajoy y Ana Pastor, en el Congreso el miércoles 31, tras la primera votación de la investidura
Mariano Rajoy y Ana Pastor, en el Congreso el miércoles 31, tras la primera votación de la investidura - EFE

Rajoy confesó a su equipo su decepción por la respuesta de Sánchez al acuerdo

Moncloa cree que la semana del 26 de septiembre se sabrá si hay nuevas elecciones

MADRID Actualizado: Guardar
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El debate de investiduraha tenido un sabor agridulce para el candidato, Mariano Rajoy. Por un lado, el miércoles por la tarde abandonó satisfecho el Congreso porque en el cuerpo a cuerpo con los distintos portavoces salió bien parado, incluso los populares le felicitaron por «ganar» el debate. Por otro, la derrota en la votación fue un mal trago que le dejó «tocado anímicamente», según comentaron fuentes próximas al presidente en funciones.

Al acabar la sesión plenaria, Rajoy mantuvo una charla con su círculo de confianza, y allí confesó que realmente había esperado un cambio en la actitud del PSOE después de la firma del acuerdo entre el PP y Ciudadanos. Rajoy confiaba en que el acuerdo, que se tradujo en 170 votos incluido el de Coalición Canaria, haría cambiar a Pedro Sánchez. Ya el lunes se llevó la primera decepción cuando se reunió con el líder socialista en el Congreso, y este le despachó con otro «no» tajante, sin opción a ningún diálogo. «Ha sido una reunión perfectamente prescindible», aseguró Sánchez, un comentario que no gustó nada a Rajoy: «Dialogar por España nunca es prescindible».

El candidato del PP sabía que Sánchez le haría perder en este debate de investidura, pero seguía confiando en que el secretario general del PSOE dejaría un resquicio abierto al diálogo para más adelante, que permitiera lograr la formación de Gobierno en un segundo intento, después de las autonómicas del 25 de septiembre.

El discurso de Sánchez

Después de escuchar a Sánchez el miércoles a las 9 de la mañana en el Pleno, se desvanecieron todas las esperanzas de Rajoy. Su sensación, compartida por su equipo, es que con el actual dirigente socialista no hay nada que hacer ni que esperar.

Rajoy ha convocado al Comité Ejecutivo Nacional del PP para mañana, sábado. Allí se analizarán los nuevos pasos tras la investidura fallida. Todo indica que ahora se abrirá un paréntesis obligado por las elecciones autonómicas vascas y gallegas del 25 de septiembre. La campaña no es el mejor momento para el diálogo político, así que todos esperarán al 26 de septiembre y al análisis de los resultados en las urnas.

En Moncloa consideran que será esa semana del 26 de este mes cuando se sabrá si se repiten las elecciones generales o se intenta una nueva investidura. Eso sí, en el equipo de Rajoy advierten de que el presidente en funciones intentará el acuerdo, pero solo se volverá a presentar como candidato en otro debate si tiene la seguridad de contar con los apoyos suficientes.

Los populares mantienen el optimismo y la esperanza en que puedan evitarse unas terceras elecciones tras los comicios vascos y gallegos del 25 de septiembre, aunque sea en el último minuto. Fuentes del PP consultadas insisten en que su primera opción sigue siendo el PSOE, cuya abstención continuarán buscando, pero a puerta cerrada admiten también la posibilidad de buscar un entendimiento con el PNV que excluya el referéndum prometido por el partido vasco. Esta opción dejaría a Rajoy a tan sólo un voto de ganar una nueva votación de investidura por mayoría simple, y cargaría toda la presión sobre el portavoz de Nueva Canarias, Pedro Quevedo.

En el entorno de Rajoy quitan importancia al discurso más radical defendido por el PNV en el debate, y creen que tras las elecciones el diálogo será posible. «No se han roto los puentes, eso es lo importante», subrayan.

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