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Pablo Iglesias e Irene Montero, ayer en sus escaños en el Congreso de los Diputados - Jaime García

PP, PSOE y Ciudadanos reprochan a Podemos las malas formas empleadas en los plenos

Santamaría muestra el hartazgo del Gobierno con los modales de la formación morada e Iglesias la tacha de «sinvergüenza»

Madrid Actualizado: Guardar
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Las salidas de tono de Podemos durante los últimos plenos del Congreso han convencido al PP, PSOE y Ciudadanos de que es necesario imponer medidas que sirvan para disuadir a la formación morada de que debe guardar respeto al resto de parlamentarios en el Pleno, según fuentes parlamentarias.

La intención de estas tres formaciones existía desde la semana pasada cuando el diputado de Podemos Diego Cañamero increpó al ministro de Justicia, Rafael Catalá, acercándose a su escaño, pero este martes no llegó a concretarse al no existir unanimidad en la Mesa del Congreso por el voto en contra de Podemos. Sin embargo, las formas exhibidas ayer en el Pleno por el secretario general de la formación, Pablo Iglesias, que calificó de «sinvergüenza» a la vicepresidenta, han convencido a los miembros de la Mesa de que debe buscarse una amonestación que disuada a los parlamentarios de Podemos de faltar al respeto al resto de diputados.

Entre los tres grupos, el PP es el más virulento contra el partido de Iglesias, al que acusan de sobrepasar todos los límites de la educación con tal de conseguir minutos de audiencia en televisiones y radios. Pero tampoco las actitudes de la formación morada cuentan con la anuencia del PSOE y Ciudadanos. Fuentes de la dirección socialista consideran «intolerables» comportamientos como el de Cañamero, mientras que desde la formación naranja se defiende que la labor de los Diputados debe ser la de trabajar para mejorar la vida de los ciudadanos y no para montar un show permanente en la Cámara. Fuentes parlamentarias se muestran convencidas de que Cañamero recibirá una advertencia por parte de la Mesa en las próximas semanas, probablemente la que viene, aunque no exista unanimidad. Siete de los nueve miembros de la Mesa están de acuerdo en ello.

Y es que las formas desplegadas por Podemos están disparando la tensión en un Congreso ya de por sí complicado por la fragmentada aritmética parlamentaria que lo conforma.

«Seudoparlamentarismo»

Ayer transcurría la sesión de control, cuando la vicepresidenta recriminó a la portavoz de Podemos, Irene Montero, haber instalado el «seudoparlamentarismo» en la Cámara por las formas empleadas. «Hasta sus modos y modales los tenemos que aguantar sencillamente por no pensar como ustedes», reprochó, en alusión a las escenas que la formación viene realizando en el pleno. «Ponen en cuestión todo lo que no pueden controlar, empezando por la prensa y siguiendo por la inteligencia. Cuestionan a todos los que defienden la seguridad de los ciudadanos y defienden a los que la agreden de palabra o de obra», le espetó.

Durante la alocución, Iglesias se tocó varias veces la cara para acusar a Sáenz de Santamaría de caradura y al final de la misma le dedicó un « sinvergüenza» desde su escaño. El calificativo fue inaudible pero es evidente en el vídeo grabado por las cámaras y, además, fue repetido por el líder de Podemos en declaraciones ante los periodistas, aunque referido ya a todo el Gobierno. «Para algunos el decoro tiene que ver con llevar un reloj muy caro o vestir ropa muy cara, y el decoro tiene que ver con no ser un corrupto, con no ser un sinvergüenza y cuando te hace preguntas la oposición tratar de responderlas», señaló en los pasillos del Congreso donde intentó desviar el ataque de la vicepresidenta.

Allí se quejó de que ni Sáenz de Santamaría ni los ministros del Interior y Hacienda han contestado a los interrogantes que hoy les ha planteado su formación. «Hemos realizado catorce preguntas y no responden a ninguna. Se escudan en las formas para no responder a ninguna», reprochó, asegurando que esta actitud es «tomarle el pelo a los ciudadanos». «Preguntamos y el Gobierno tiene que responder, si insulta y no responde está faltando al respeto y al decoro», remachó. Sin embargo, ningún miembro del Ejecutivo había lanzado insulto alguno en el Salón de plenos.

Pero la tensión entre ambas bancadas alcanzó su punto álgido durante la intervención del diputado popular Rafael Merino, que inicialmente iba a preguntar al ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, por los desaparecidos. Sin embargo, ha empezado a desviarse de la cuestión para reprochar al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y al diputado socialista, Artemi Rallo, sus intervenciones previas sobre la adjudicación de un piso de la Guardia Civil al director de Tráfico. Una cesión que Zoido ha negado tajantemente.

Llamadas al orden

La desviación de Merino desató fuertes protestas en las bancadas socialista y morada hasta tal punto que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, se vio obligada a poner orden y pedir a Merino que se ajustara a su pregunta.

Pero éste, pese a compartir partido político con Pastor, se ha encarado con ella pidiéndole que le permitiera ejercer su derecho a la libertad de expresión. «Estoy en la cuestión proque se habla del uso desaparecido de un piso por parte del director de Tráfico», ha intentado burlar la petición de la tercera autoridad del Estado, entre las risas y apoyos de la bancada popular. Pastor ha perdido entonces la paciencia y le retirado el uso de la palabra.

Una acción que Iglesias no ha dudado en utilizar para añadir más leña al fuego, atribuyéndose la razón en toda esta contienda. «Un Gobierno que practica el filibusterismo parlamentario, en el que sus diputados practican el matonismo y la intimidación e incluso tratan de presionar a la presidenta del Congreso para que nos llame la atención a nosotros, y hoy se han encontrado con que llama la atención a un diputado del PP», ha presumido ante la prensa.

La tensión entre ambas bancadas ha colocado en una delicada situación a la presidenta. De hecho, varios diputados del partido mayoritario señalaban la existencia de malestar interno con Pastor porque consideran que no es tan contundente como debiera con Podemos y que las intervenciones de esta formación están descontroladas.

Además de las escenas de ayer y de Cañamero el pasado miércoles, ese mismo día Iglesias introdujo los modales de taberna en el hemiciclo al usar la expresión « se la bufa» para referirse a la importancia que el presidente del Gobierno concede a un informe de los letrados del Congreso sobre el uso restringido que debe tener el veto presupuestario. La sesión acabó con Pastor pidiendo a la formación morada que no convirtiera el hemiciclo en un «tendedero», después de que sus diputados colgaran camisetas en sus escaños.

Sin embargo, nada de esto parece fuera de lugar para Podemos ya que Montero solicitó ese mismo día una reunión a Pastor para quejarse de la «enorme agresividad de los diputados del PP» y pedir a la presidenta más control de sus compañeros de partido. La presidenta aseguró que el mantenimiento del orden afecta a todos y le recordó la escena montada por Cañamero advirtiéndole de una posible amonestación.

Pero ni con esta advertencia ni con el malestar expresado ayer por los distintos partidos, Podemos se ha dado por aludido. Fuentes parlamentarias aseguran que Pastor no está dispuesta a permitir un circo constante y que adoptará las medidas necesarias para parar estos espectáculos. Empezando por Cañamero y continuando por quien sea necesario.

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