Podemos disparó el gasto electoral mientras urgía a los demás a recortarlo

Las candidaturas de Podemos fueron las únicas que, lejos de ahorrarle dinero al Estado, le acabaron costando más en las segundas elecciones generales de junio de 2016 que en las que habían tenido lugar seis meses antes, en diciembre de 2015. Ante la forzada repetición electoral, los partidos proclamaron su intención de ser más austeros en campaña. En público, el agregado de Podemos-IU se destacó por urgir a un ahorro que, sin embargo, incumplió de forma rotunda: incrementó el gasto en un 17%.

Habían pasado solo seis meses desde la primera cita con las urnas y los partidos se emplazaron a reducir el gasto. En mayor o menor medida, todos lo hicieron. Todos, salvo el agregado de Podemos e IU -incluyendo sus marcas regionales- y los independentistas catalanes de ERC, aunque estos últimos en una porción escasa.

Según las contabilidades definitivas y oficialmente fiscalizadas, entre Unidos Podemos (Podemos-IU) y las coaliciones territoriales con las que concurrió en la Comunidad Valenciana (con Compromís), Cataluña (En Común) y Galicia (En Marea), sumaron un gasto de 6.291.320 euros en los comicios de junio de 2016, gasto que -como para el resto de partidos- acaba acarreando el Estado por la vía de las subvenciones electorales. Seis meses antes, las mismas marcas regionales y la suma de Podemos e IU se habían gastado en la campaña 5.380.123 euros.

Es decir, el entramado electoral liderado por Podemos se gastó -y le costó al Estado- 911.197 euros más en la repetición electoral, pese a que esta formación había clamado con vehemencia para que los partidos redujeran sus gastos. Especial hincapié puso en ello Íñigo Errejón, que incluso dio públicas recomendaciones al resto de partidos para que ahorraran en campaña.

Podemos-IU gastan más juntos que por separado

Este fuerte aumento del gasto electoral en el que incurrieron Unidos Podemos y las candidaturas de su entramado es más significativo aún si se tiene en cuenta que, por una simple cuestión aritmética, lo lógico hubiera sido que esa formación se hubiera gastado mucho menos en las generales de junio de 2016 que en las de diciembre de 2015: en las primeras concurrieron por separado Podemos e IU; en las de diciembre lo hicieron de forma unitaria, con lo que lo lógico es que el gasto se hubiera aminorado con fuerza; sin embargo, la coalición unitaria acabó gastándose más de lo que seis meses antes se habían gastado por separado Podemos e IU.

El caso de los independentistas de Esquerra

La marca liderada por Pablo Iglesias, al final, fue la única que disparó el gasto electoral. Todos los demás partidos lo redujeron, salvo la independentisat Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), cuya campaña del 26-J también le acarreó un sobrecoste al conjunto de los españoles.

Eso sí, en el caso de ERC la desviación de gasto respecto a las elecciones generales de diciembre de 2015 fue mínima comparada con la de Podemos: la campaña de Esquerra acabó anotándose un sobrecoste de apenas 19.000 euros en la repetición electoral de junio de 2016 respecto a los comicios que se habían celebrado seis meses antes.

Todos los demás partidos recortaron gastos

En el lado contrario, en el del ahorro, se situaron todas las demás formaciones políticas. De todas ellas, el PP fue la que más se apretó el cinturón en la repetición electoral, según las cuentas fiscalizadas por el Esatdo: se gastó seis millones de euros menos que en las elecciones que habían tenido lugar seis meses antes, lo que supuso un ahorro del 31,54% en concepto de subvenciones estatales. Le siguió el PSOE, que aminoró sus gastos de campaña en 3,12 millones de euros, un 19%. Ciudadanos redujo sus costes en un discreto 4,18%, apenas 280.000 euros menos. El resto de formaciones que obtuvieron escaños en el Congreso y el Senado también aminoraron sus gastos de campaña en la repetición electoral: PNV, Convergencia Democrática de Cataluña, Coalición Canaria y Bildu.