ELECCIONES 2016Llega la «guerra» del mailing electoral

Hasta el Rey Felipe ha pedido a los partidos políticos que hagan una campaña más austera. Con ello, recoge el sentir mayoritario de la sociedad, cansada de la incontinencia verbal de los políticos y su omnipresencia en los medios de comunicación durante los últimos cuatro meses. Pero aunque la idea está cargada de sentido común, no parece fácil de llevar a la práctica. El principal escollo hoy por hoy es, precisamente, la principal fuente de gasto en una campaña: el «mailing» o buzoneo a domicilio de las papeletas electorales.

Esta partida muchimillonaria ha sido de las primeras en centrar las peticiones de austeridad. Cuidadanos, por ejemplo, es partidario de recortarla, realizando un único envío de todas las papeletas. Y en ello están de acuerdo también Podemos e Izquierda Unida.

Hay pendiente incluso una reunión entre los partidos para concretar puntos donde recortar en gasto, y este del «mailing» estará sin duda entre los primeros.

Pero no parece que tenga muchos visos de salir adelante. La razón es la frontal negativa de PP y PSOE a acabar con esta fórmula. Aseguran que es vital para recolectar el voto de muchos electores, sobre todo mayores y en el medio rural: prefieren llevar la papeleta preparada desde casa, y evitar hacerlo en el colegio electoral, donde puede haber miradas indiscretas. Esto se nota principalmente, aseguran, en la papeleta del Senado, en la que hay que hacer tres cruces, una por cada nombre de los elegidos como senadores.

Confidencialidad del voto

Las razones de respeto a la confidencialidad del voto y el peso de la experiencia aconsejan a populares y socialistas mantener esta práctica, aunque eso suponga gastarse en torno a 20 millones de euros de dinero público. Unos motivos que exacerban a los responsables de Ciudadanos: «Que salgan entonces ellos a explicarle a los electores porqué nos vamos a gastar esa barbaridad de dinero».

Una campaña electoral viene a costar al erario público en torno a 160 millones de euros. Dado el hartazgo general con que se vive este proceso, desde el 20-D, entre la ciudadanía, han sido varios los partidos que han propuesto reducir los gastos y hacer campañas «low cost». El PSOE ha propuesto que los gastos sean un 30 por ciento menores, y eliminar vallas y banderolas, reducir los presupuestos de cada partido, o recortar el dinero que reciben las formaciones por cada elector conseguido; Ciudadanos quiere que el mailing se quede en la mitad, haciendo uno conjunto como ocurre en otros países, en lugar de una carta por cada formación política.

Todos los partidos enuncian muy buenas intenciones, pero falta materializarlas. UPN ha citado a todos los partidos para negociar una rebaja del 30 por ciento en los gastos de campaña, lo que supondría la friolera de 45 millones de euros de ahorro. Ya se intentó antes: Rosa Díez, exportavoz de UPyD, se quedó sola varias veces -la última en 2012- en su intento de erradicar el mailing electoral en cada campaña electoral. Tal vez esta sea la definitiva. O tal vez no, y en unas semanas volvamos a recibir en casa cartas de varios partidos ofreciendo sus papeletas.