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El policía nacional jubilado Pedro Mielgo Silván, que propició la detención de dos de las acusadas del crimen - EFE

Juicio del caso Isabel CarrascoUna llamada de teléfono pone en duda la credibilidad del policía jubilado que siguió a la asesina de Carrasco

La defensa de Montserrat González y Triana Martínez pide que se le investigue por falso testimonio por un incidente que puede dar un vuelco al juicio

León Actualizado: Guardar
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Una llamada telefónica, en la que una persona con voz jadeante se comunica con el 112 para dar detalles de la mujer a la que seguía por haber matado segundos antes a otra, ha puesto en cuestión la credibilidad de Pedro Mielgo, policía jubilado que siguió a Montserrat González y que fue testigo directo del crimen.

La defensa ha reproducido en la sala esa conversación, registrada a las 17.19 horas del 14 de mayo de 2014 y ha preguntado a Mielgo si era él quien había hecho esa llamada, ya que antes éste había negado haber hecho alguna durante el seguimiento a la asesina. Él ha negado que fuera esa su voz, que sin embargo sí ha reconocido su mujer.

Por si fuera poco, otro testigo ha afirmado que le vio hablando por teléfono durante bastante tiempo... Pero aún hay más: en su primera declaración ante la Policía dijo que llamó al 112, lo que sin embrago negó ante el juez de instrucción.

El asunto es importante, porque el agente había afirmado antes que nunca había perdido de vista a la mujer hasta que ésta giró en la calle Colón, y que en todo momento llevaba la mano metida en el bolso con el arma, mientras que el comunicante dice que no la está viendo y hace una descripción de la asesina.

De ser cierto el testimonio de Mielgo, la versión de Montserrat González en el sentido de que tiró el bolso con el revólver en un garaje y que por tanto no se lo dio a su hija en un pasadizo, demostraría que miente, y avalaría que había quedado con Triana para darle el arma. En caso contrario, sería factible la versión de madre e hija, y ésta no estaría compinchada con su progenitora.

La defensa de Montserrat y Triana, y también la de Raquel Gago, han pedido que se deduzca testimonio al policía jubilado por haber mentido, lo que está penado con hasta dos años de cárcel. Las acusaciones han insistido en que puede haberse confundido, pero en ningún caso es para que se le abra una investigación.

Ya fuera de la sala de vistas, Pedro Mielgo ha insistido en que la llamada no es suya, y que es fácil saberlo porque el número del comunicante queda registrado en la centralita del 112. Además, ha afirmado que una mujer del público había reconocido esa voz como la de su marido.

El giro en el juicio es ya un hecho. Está por ver aún con qué consecuencias. Y aún puede haber más sorpresas porque el lunes declaran los dos policías enviados desde Burgos para colaborar en las investigaciones cuya actuación es, cuando menos, controvertida.

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