Jaume Matas, en una imagen de archivo
Jaume Matas, en una imagen de archivo - EFE

El juez Castro vuelve a sentar a Matas en el banquillo por una pieza pendiente del caso Palma Arena

El expresidente balear será juzgado como presunto autor de un delito de prevaricación y otro de fraude a la Administración

Palma de Mallorca Actualizado: Guardar
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El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, José Castro, ha dictado este jueves un auto de apertura de juicio oral contra el expresidente balear Jaume Matas, la exdirectora general del Govern y cuñada de Matas, Encarnación Padilla, y el propietario de la empresa Over, Daniel Mercado, en el marco de la subpieza número 2 derivada de la pieza separada número 27 del caso Palma Arena. Los tres acusados deberán responder por un presunto delito de prevaricación y otro de fraude a la Administración. Contra esta resolución no cabe la presentación de recurso alguno.

Cabe recordar que en la pieza separada número 27 del caso Palma Arena, conocida como caso Over, se investigaban diversas contrataciones presuntamente irregulares suscritas entre el grupo empresarial Over y el PP durante las campañas electorales autonómicas de 2003 y 2007.

Esta pieza estaba dividida inicialmente en dos subpiezas, que a partir del mes de octubre del pasado año pasaron a ser tres, tras el auto dictado en ese sentido por Castro. En la actualidad, el caso Palma Arena se encuentra dividido en 28 piezas en total.

En el caso de la subpieza número 2, Anticorrupción pide dos años de cárcel para Matas y la misma pena también para Padilla. En cambio, para Mercado la Fiscalía sólo pide tres meses de prisión, sustituibles por una multa, al aplicarle el atenuante de colaboración con la Justicia.

La citada subpieza trata sobre varios contratos presuntamente irregulares suscritos entre Over Marketing y el Gobierno balear en 2005 y 2006. Los investigadores creen que con dichos contratos el Govern habría intentado compensar las labores realizadas por Over para la campaña del PP balear en los comicios autonómicos de 2003. En la actualidad, Matas tiene en total ocho juicios pendientes de celebración.

Precisamente, el pasado 8 de febrero el instructor del caso Palma Arena había dictado un auto de apertura de juicio oral en el marco de la subpieza tres de la pieza separada número 27 de esta causa judicial. En dicha subpieza los acusados son Matas y el exconsejero de Interior José María Rodríguez, como presuntos autores de los delitos de malversación de fondos públicos, prevaricación, falsedad en documento público y fraude a la Administración. Mercado también deberá sentarse en el banquillo por este caso.

Hasta el momento, el expresidente balear ha sido condenado en firme en dos de las piezas del caso Palma Arena ya juzgadas y resueltas. En un caso, debió cumplir una condena de nueve meses y un día de cárcel por tráfico de influencias, en concreto por favorecer a un amigo periodista con una subvención, mientras que en el otro caso debió abonar 9.000 euros de multa por cohecho, al considerar el jurado que había presionado a un hotelero para que contratase a su esposa, Maite Areal.

Más recientemente, el pasado 17 de febrero, el tribunal del caso Nóos condenó a Matas a tres años y ocho meses de cárcel por un delito de prevaricación —en concurso con falsedad y malversación— y otro de fraude. Dicha pena puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo.

Con posterioridad, el pasado 27 de febrero, La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma anunció que había fijado para los días 11, 12, 13, 14 y 15 de septiembre de este año un nuevo juicio contra Matas, en el marco de la pieza separada número 8 del caso Palma Arena. Junto a Matas, deberá sentarse también en el banquillo por dicha pieza el ex director general de Deportes, José Luis «Pepote» Ballester.

En la pieza número 8 se investigaba la contratación, sin concurso previo, del primer arquitecto del velódromo Palma Arena, Ralph Clemens Alexander Schürmann. En principio, estaba previsto que dicho arquitecto percibiera un total de 9,4 millones de euros por su labor. Sin embargo, una vez empezadas las obras de construcción del citado equipamiento deportivo Schürmann fue despedido porque el Govern estaba descontento con su trabajo. Aun así, el citado arquitecto presentó facturas por un importe global de casi 2,4 millones de euros, si bien finalmente se le abonaron 1,6 millones.

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