Pablo Iglesias busca un nuevo líder en Cataluña bajo el control de Ada Colau
Asume que el partido de la alcaldesa liderará el voto populista y no quiere quedarse fuera
La inminencia del 1 de octubre y la incertidumbre respecto a una convocatoria electoral que todo el mundo da por segura está llevando al límite las costuras que unen a Podemos con su federación catalana . El problema es nuclear, porque dibuja una situación en la que Podem defiende posicionamientos contrarios a los de Pablo Iglesias en las dos cuestiones más importantes: el referéndum independentista y la integración en Catalunya en Comú, el nuevo sujeto político de Ada Colau y Xavier Domènech. La dirección estatal busca un cambio en la dirección catalana. Lo hace diciendo que no quiere hacerlo.
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El secretario de Organización, Pablo Echenique , publicó una carta este martes en la que reconoció lo «noticioso» de que las posturas difieran en estos dos asuntos. Reconoce que «el apoyo claro a las consulta del 1-O» por parte de Albano Dante Fachin choca con su apuesta por un referéndum pactado. No escatima detalles Echenique y recuerda en su nota que Fachin ha participado en actos que piden el sí en el referéndum junto a miembros de Junts pel Sí y la CUP.
Echenique propone en la misiva convocar una asamblea ciudadana para resolver los problemas de representatividad
Aunque el responsable de la estructura territorial del partido asegura que su modelo es «descentralizado» y que estas cuestiones «no las decide Podemos sino Podem», lo cierto es que pone en duda la capacidad de Fachin y el actual consejo de coordinación para representar a los inscritos, porque «hay un número significativo de inscritos que tampoco se sienten representados en las políticas de su dirección». Un volumen de descontento que Echenique asegura que «difícilmente puede calificarse como minoritario».
En su propio texto Echenique ya se anticipa a las críticas por tratar de pilotar este proceso y justifica que «opinar y recomendar no debe ser entendido como injerencia». Lo cierto es que la dirección nacional asume el descontento -«esta pluralidad no está ya proporcionalmente representada en la dirección de Podem»- y propone «una asamblea ciudadana completa» para decidirlo todo, incluida la composición de la dirección y «solucionar el problema de representatividad».
Echenique se ampara en que un buen número de círculos del partido en la región están demandando eso. Y e n cuanto un 30% lo soliciten, el cónclave se debe convocar . En una reunión entre las partes, desde Madrid «le recomendamos que hiciera justo eso», pero lamenta Echenique que «la dirección de Podem ha decidido no seguir» su recomendación.
En estos momentos se da la circunstancia de que la dirección nacional defiende como su socio a Catalunya en Comú, como forma de reeditar la alianza En Comú Podem que en las generales sí ha funcionado.
Colau, sin Podem
Sin embargo, Podem decidió, tras consultar a sus bases, no adherirse al proyecto de Colau y Domènech, rompiendo de esta forma la coalición que tiene representación en el Parlamento autonómico Catalunya Sí Que és Pot (CSQP), que suma además a ICV, EUiA (la versión catalana de Izquierda Unida) y Equo. Y enfrentándose, así, con la voluntad de Podemos.
La división en el grupo parlamentario es total , sobre todo por la manera que tiene cada partido político de afrontar el desafío secesionista. En esta fractura, la dirección de Podemos se encuentra más cómoda con los dirigentes de ICV o de EUiA, como Joan Coscubiela, por ejemplo, o el propio Lluís Rabell, candidato en las elecciones de 2015, que no pertenece a ninguna de las familias políticas en cuestión y que ha anunciado que no repetirá como cabeza de lista. Está por saber quién le sucederá.
