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Rajoy, con Mari Mar Blanco, hermana del edil asesinado por ETA en julio de 1997 - Jaime García

El aluvión de críticas fuerza a Carmena a sumarse a los homenajes por el concejal

El Ayuntamiento de la capital, que fue motor de la rebelión contra ETA, se ve arrastrado a una concentración de la Federación de Municipios tras negarse a colgar una pancarta por el edil del PP

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Madrid fue el corazón de las movilizaciones sociales en España por el secuestro de Miguel Ángel Blanco. Más de un millón de personas gritaron «¡libertad!» y se rebelaron en las calles de la capital por el cruel asesinato del joven concejal de Ermua, que todo el país vivió a cámara lenta entre los días 10 y 13 de julio de 1997. Veinte años después, el Ayuntamiento, gobernado por Manuela Carmena, se ha resistido a organizar un homenaje dedicado a Blanco, cuyo crimen supuso el despertar moral de la sociedad, el «Espíritu de Ermua». Incluso rechaza colocar una pancarta en la sede de Cibeles, como sugirió Movimiento contra la Intolerancia.

Solo la presión por las críticas le hizo reaccionar. Ayer por la tarde la alcaldesa se vio forzada a rectificar y anunció que se sumará a las concentraciones convocadas en toda España por la Federación de Municipios y Provincias (FEMP) por el asesinato de Blanco y en recuerdo de «todas las víctimas» del terrorismo.

Hasta ese momento, el equipo de Carmena había rechazado rendir tributo especial al joven concejal del PP de Ermua. Hacerlo, argumentó, «supondría destacar a una víctima sobre todas las demás, lo que no parece procedente desde el punto de vista institucional». «Recordar a Miguel Ángel es recordar a todas y cada una de las víctimas del terrorismo», le respondió ayer la hermana del edil asesinado, Mari Mar Blanco, tras participar en un acto del PP, que desplegó una gran pancarta en su sede de la calle Génova con la imagen de Blanco y el lema: «Sigues dejando huella».

«Silencio cómplice»

La familiar del concejal le recriminó a Podemos su «silencio cómplice». «Quien calla, otorga. Y el silencio ha sido siempre muy cómplice en el País Vasco», le dijo a la alcaldesa, a quien recordó la importancia de la reacción cívica contra ETA. «Los ciudadanos, y muy especialmente la sociedad vasca, consiguieron quitarse ese velo de silencio», destacó. La presidenta de la Comunidad, que colgará una imagen de Blanco en la fachada del Gobierno regional en Sol, denunció la actitud de Carmena y le pidió que rectificara. «Tiene la obligación moral de hacerlo», señaló Cristina Cifuentes.

Además del PP, también Ciudadanos censuró la equidistancia en la que navega Podemos cuando se trata de las víctimas del terrorismo. «No es una víctima más, es un símbolo», dijo inés Arrimadas. El partido de Pablo Iglesias sí recibió en el Congreso de los Diputados a los familiares de los agresores a guardias civiles en Alsasua, a los que la Fiscalía imputa delitos de lesiones terroristas y para los que pide cincuenta años de prisión a cada uno.

Según anunció ayer en una nota, Podemos estará hoy en el homenaje anual del Ayuntamiento de Ermua para recordar el «rechazo masivo e inmenso dolor» que provocó el asesinato de Blanco. Pero a continuación apuntó que existe un «largo camino por recorrer» en cuanto a la memoria y la convivencia en el País Vasco porque hay víctimas «que aún no tienen reconocimiento ni justicia» y otros que viven «situaciones injustas», en relación con los presos de ETA.

También el PSOE nada estos días en la indefinición y en muchos ayuntamientos sus grupos han rechazado homenajes puntuales a Miguel Ángel Blanco con la tesis de que «todas las víctimas deben ser recordadas». La presidenta del partido, Cristina Narbona, y el secretario de política federal y exlendakari, Patxi López, también estarán hoy en Ermua.

«Por parte de la Ejecutiva Federal hay una postura muy clara de apoyo a las víctimas del terrorismo. Queremos que se siga respetando memoria de todas las víctimas», señaló ayer la presidenta socialista. El PSOE elogió a la vez la actitud del alcalde de Valladolid, el portavoz Óscar Puente. La capital castellanoleonesa acaba de aprobar que una calle lleve el nombre de Blanco. «Puso en marcha un movimiento imparable en la sociedad vasca», destacó Narbona, informa Víctor R. Almirón.

Sin calle en Barcelona

En Barcelona, Miguel Ángel Blanco no será recordado después de que la ponencia del nomenclátor desestimase dedicar una calle o espacio público al edil asesinado. La propuesta del grupo muncipal del PP, presidido por Alberto Fernández, fue presentada en octubre del pasado año.

El PP lamenta una decisión que contrasta con el entusiasmo con el que Colau se ha aplicado en la tarea de rebautizar y suprimir nombres de calles en la ciudad. «Reclamamos al ejecutivo municipal que acepte la propuesta, porque sería un reconocimiento a él, pero también a todas aquellas personas que dieron la vida por la democracia y la dignidad de un estado de derecho», apuntó el popular Alberto Fernández, informa A. Gubern

Tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, un millón de personas se manifestaron tras el lema «Cataluña por la paz. ETA no» el 13 de julio de 1997 en Barcelona, la misma ciudad que hace apenas tres semanas recordaba emocionada los 30 años de la matanza de Hipercor.

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