El exvicealcalde de Valencia Alfonso Grau, en una imagen de archivo
El exvicealcalde de Valencia Alfonso Grau, en una imagen de archivo - EFE

Alfonso Grau, el cirujano que no curó los viejos males de la política

El expresidente de la Fundación Turismo Valencia Convention Bureau ha defendido los convenios suscritos con el Instituto Nóos

Palma de Mallorca Actualizado: Guardar
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Hace apenas un año, el entonces vicealcalde del Ayuntamiento de Valencia, Alfonso Grau, estaba preparando su boda con la exconcejal María José Alcón. Para ambos, éste iba a ser su segundo matrimonio. Él, viudo. Ella, divorciada. El enlace tuvo lugar finalmente el 28 de febrero, en la iglesia de San Nicolás. Si a nivel personal las cosas parecían irle razonablemente bien a Grau, política y profesionalmente parecían irle incluso ligeramente mejor. El PP gobernaba en las principales instituciones de la Comunidad Valenciana y Grau era en aquel momento la mano derecha de la todopoderosa alcaldesa Rita Barberá. Nadie podía intuir entonces que aquella aparente placidez era, en realidad, la calma que precede siempre a la tormenta. O a la tempestad.

Eso explicaría por qué las circunstancias en las que Grau y Alcón celebrarán dentro de unos días su primer aniversario de boda serán algo distintas de lo que previsiblemente habían soñado. Grau dimitió como vicealcalde en marzo y ha declarado este jueves como acusado en el juicio del caso Nóos. Alcón se encuentra en libertad bajo fianza tras haber sido detenida en enero en el marco de la « Operación Taula». Los populares han pasado a la oposición en las principales instituciones valencianas y en cuanto a Barberá, aun siendo hoy senadora, se encuentra en una situación política muy delicada, después de que 56 personas del PP de Valencia, entre altos cargos y exasesores, hayan sido imputadas hace unos pocos días por blanqueo de capitales. Y este mes de febrero —que además tendrá 29 días— aún no ha acabado.

Nacido en el alicantino pueblo de Callosa d'en Sarrià en 1941, Grau es doctor en medicina y cirujano por oposición en el Hospital General. Sin embargo, en un determinado momento de su vida decidió colgar la bata blanca, para dedicarse por completo a la política. Si su intención era intentar curarla de alguno de sus viejos males, hoy parece más o menos asumible que el tratamiento seguido fracasó. Grau entró en el consistorio valenciano como concejal en 1995 y poco a poco fue escalando peldaños hasta llegar a asumir el rango de vicealcalde en la pasada legislatura. Entre medias, en el mandato 2003-2007, fue el presidente de la Fundación Turismo Valencia Convention Bureau. Dicha entidad fue una de las que colaboró con el Instituto Nóos para la organización de los Valencia Summit, con el objetivo de ayudar a la promoción internacional de la ciudad.

A pesar de ser un buen cirujano, Grau demostró no tener muy buen ojo clínico con Iñaki Urdangarín. En su comparecencia de este jueves ante el tribunal, ha señalado que la presencia de Urdangarín en Nóos «daba fiabilidad a que aquello que se proponía era posible que se hiciera». Por lo que respecta a los Valencia Summit, no hay duda de que efectivamente se hicieron. Pero lo que se está intentando dirimir en este juicio es otra cosa: si los acuerdos previos con Nóos se hicieron bien o mal. Tampoco existen hoy dudas de que Nóos ayudó entonces a la promoción mediática de Valencia y de Palma. Una década después, ambas capitales se están volviendo a promocionar mediáticamente y de nuevo por obra y gracia de Nóos. Aunque, seguramente, no sea en el sentido que todos hubiéramos deseado.

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