Ábalos: «Pedro piensa que la legislatura puede durar»

Su teléfono móvil registra desde el pasado domingo decenas de llamadas y mensajes de compañeros del PSOE, casi todos valencianos. «No sabía de muchos de ellos desde hace años», admite. Pero, ahora, José Luis Ábalos (Torrente, Valencia, 1959) es el hombre fuerte del nuevo proyecto de Pedro Sánchez para el socialismo español. Portavoz provisional del grupo parlamentario y llamado a convertirse en secretario de Organización tras el congreso de junio, sus propios rivales internos han dado por hecha su muerte política en múltiples ocasiones. Sin embargo, siempre supo encontrar una escapatoria en las situaciones más apuradas, lo que le han convertido en un «superviviente del socialismo». Y en absoluto le molesta esa etiqueta.

¿Cuándo introducirá Sánchez los cambios en las estructuras de poder del PSOE?

Cuando se clausure el congreso. Para entonces, tendremos una dirección política y unas propuesta programáticas; luego será la ejecutiva la que decidirá las líneas de actuación y la readecuación de las áreas.

Pero hay un momento clave antes, la moción de censura de Podemos, a la que usted debe dar respuesta como portavoz del grupo. ¿Ha definido el PSOE su posición?

La única posición clara es no apoyarla.

Eso incluye una abstención

Eso incluye no votar sí.

La gestora había dicho no.

La posición política es no apoyar. La instrumentalización de ese ‘‘no apoyo’’ deriva en abstención o no.

¿Y cuándo lo van a decidir?

En su momento.

¿Cuál es su posición personal?

Es bastante fácil deducirla: si compartes el motivo de la censura, pero no estás de acuerdo con la capacidad de la alternativa… ni es un sí ni es un no.

Es una abstención.

(Silencio).

¿Debería Pablo Iglesias retirarla?

Haría bien en hacerlo. Hasta Compromís, el socio electoral valenciano de Podemos, se lo ha pedido con argumentos válidos; no está tan claro que la moción de censura esté dirigida a echar a Rajoy como sí a sorprender al PSOE.

¿Agotará su turno en su intervención sobre la moción?

Admito sugerencias, porque aún no me he puesto con ello.

Si usted se lo toma muy en serio podría interpretarse como que el PSOE sigue el juego a Iglesias.

Mi intervención deberá ser seria, porque, aunque las iniciativas a la que uno se enfrenta no lo sean, uno no tiene que olvidar la seriedad. Estamos en el Congreso de los Diputados.

Sánchez le ha designado portavoz del grupo socialista hasta la celebración del congreso. ¿Lo asume con entusiasmo o por obediencia?

Ese es mi cargo y mi compromiso. Lo recibo con responsabilidad y satisfacción por la confianza, porque para un diputado desempeñar ese cargo, aunque sea en las circunstancias actuales, es un honor.

Todo el mundo sabe que su papel en el partido tras el congreso no estará ahí.

Ya veremos. Aún no sabemos cuál será nuestro destino.

¿Aceptaría ser secretario de Organización del partido?

Estaré encantado de asumir cualquier responsabilidad que me encargue el secretario general. Pero hay que esperar: el proceso de elaboración de la Ejecutiva está siendo fruto de muchos encajes. Asentado todo aún no está.

¿Se basará en el actual equipo de Sánchez?

Estoy convencido de que el equipo de Pedro ha funcionado y, por tanto, lo razonable es que ese equipo esté representado en la dirección

¿Cuentan con Patxi López?

Sí, bueno, lo ha dicho el secretario general. Contaremos con personas que respondan a ambas candidaturas, a la de Sánchez y a la de Díaz. Esto no va de cuotas, pero la idea del secretario general es integrar a personas que hayan podido apoyar otras candidaturas distintas de la suya.

¿El congreso traerá la paz al PSOE o será la constatación de su división?

Dado el nivel al que hemos llegado es lógico pensar que los problemas no se solucionarán de un día para otro y en un solo congreso. Todo dependerá de la actitud con la que encaremos este proceso. Si anteponemos el sentimiento de pertenencia, será más fácil. Si nos anclamos a los momentos traumáticos, será difícil. Pero yo creo que lo conseguiremos.

Desde la candidatura de Sánchez se ha llegado a hablar de mafia respecto a la gestora.

Se han dicho muchas cosas. Pero no nos quedemos en lo anecdótico. Si alguien se refirió a la gestora es porque había una gestora, que fue consecuencia de un secretario general derribado. En cualquier caso, no volvamos a lo tantas veces hablado. Todo lo que se haya podido decir y hacer no es lo más importante: lo importante es el resultado de la votación del domingo pasado.

¿74.000 militantes son suficientes para legitimar a un líder de la oposición?

Sí, 74.000 veces más que un dedo.

En Francia, Hamon consiguió e respaldo de más de un millón de votos en las primarias, y luego...

No eran militantes. Hamon competía con Valls, que era primer ministro. En esas primarias se cuestionaba la acción del Gobierno y el voto a otro candidato se motivó por el rechazo a Valls.

Sí, pero luego, en las elecciones, ese otro candidato, Hamon, sacó el 6%.

Podría haber sido peor con el otro.

La militancia ha apoyado a Sánchez y, efectivamente, las encuestas lo vaticinaban. Pero esos mismos sondeos apuntaban que el votante socialista no estaba tanto por la labor.

No lo tengo claro. Cuando se decía votante se decía votante en general.

No, se hablaba del votante socialista en las últimas generales.

Si fuera así, una de las dos encuestas no tiene sentido. No hay correspondencia. Votar en este país no puede ser un trauma.

¿Incluso por tercera vez?

Cuarenta años sin votar… nunca puede ser un trauma.

¿Usted sigue defendiendo hoy que deberíamos haber ido a unas terceras elecciones?

Yo nunca defendí la posibilidad de unas terceras elecciones. Pero es curioso que a los que deseaban unas segundas les parecía un horror unas terceras. Yo era de la opinión de que había que intentar formar un gobierno alternativo antes de ir a una tercera convocatoria electoral.

¿Con Podemos e independentistas?

Nosotros pensábamos en una fórmula que era imposible: con Ciudadanos y Podemos. Pero eso tenían que decirlo ellos, no nosotros. Nosotros pensamos que, en ese momento, Podemos no estaba muy bien, Ciudadanos no estaba nada bien y que eran ellos los que tenían que evitar ir a elecciones. Pero sin embargo, fuimos nosotros mismos los que nos metimos el miedo en el cuerpo.

Entretanto, Rajoy sigue cosechando apoyos parlamentarios.

El PP va a sacar estos presupuestos como podía haber sacado su investidura. Con esos mismos socios podía haber logrado la investidura. Con esto mismo que ha acordado, con estos costes económicos, podía haber acordado la investidura. Lo que está pagando el PP por los Presupuestos bien vale una investidura.

¿Sánchez cree que la legislatura va a ser larga?

Sánchez piensa que la legislatura va a durar.

¿Qué significa «que va a durar»?

Que puede terminar.

¿Cuatro años?

O tres. Que no va a ser una legislatura corta. Entre otras cosas porque está muy condicionada por la situación personal de Rajoy. Mientras sea presidente va a estar más protegido que no siéndolo. Además, está jugando con variables. Este año saca los Presupuestos, el año que viene previsiblemente el déficit habrá bajado, podrán abrir más la mano, podrán llegar a acuerdos. Este año con los vascos y canarios. Si el próximo año el déficit baja, lo podrá hacer con otros, y atenderán el tema de la financiación autonómica. Va a tratar de encontrar cada año un elemento que le permita sacar adelante las cuentas del Estado.

¿Descartan mociones de censura?

Ni anunciamos ni descartamos, pero primero vamos a ponernos en el tablero y luego ya veremos. Nosotros no nos vamos a quedar quietos mientras la legislatura avanza, pero tenemos que construir un a alternativa a la derecha.

Es decir, la jugada de Pedro Sánchez está en cuando lleguen las elecciones…

-En estar en las mejores condiciones, haber construido una alternativa creíble.

A priori, en el 19 ya tenemos cuatro elecciones, andaluzas, municipales, autonómicas y europeas. ¿Condiciona eso la legislatura?

Estamos en el 17 muy avanzado y nos queda el 18. Efectivamente. Tenemos un año solo.

Los barones no estarán en la Ejecutiva del PSOE. ¿Es el comienzo de la purga?

Es el comienzo de la vuelta a la normalidad. Los barones nunca han estado en la Ejecutiva, eso fue una excepción. Esto de que hubiera varios secretarios generales en papel de observadores no se había dado nunca en el PSOE, sino que es propio de un proceso de tutela que se produjo el año 14 en el que los ‘‘padrinos’’ quisieron seguir ejerciendo la labor de vigilancia. La Ejecutiva era casi un órgano de representación más que de dirección, y algunos no hicieron más tarea de gestión que la de tratar de derribar a la propia Ejecutiva.

Si se portan bien los barones en el congreso federal, ¿seguirán siendo barones en sus respectivas regiones?

No es que se porten bien o mal. Es que a Pedro Sánchez lo han elegido los militantes y a los secretarios generales de las federaciones territoriales lo van a tener que elegir también los militantes.

¿Qué papel reserva Sánchez a los referentes históricos que se han significado abiertamente en su contra?

Nada en absoluto. La actitud la deben tener los referentes históricos. Sánchez ha ganado unas primarias en contra de determinadas opiniones. Al que no le han dado la razón es el único que tiene que reflexionar.

¿Cómo valora el sanchismo la victoria de su líder contra el aparato?

Ha marcado un hito histórico en la trayectoria del Partido Socialita.

¿Por encima de Suresnes?

Es el nacimiento de una nueva era en el socialismo español. Surenes marcó una nueva etapa y aquí se produce una cierta refundación. El movimiento espartaquista esta vez ha tenido un final feliz. Hemos cambiado el desenlace del cuento.

Es obvio que en el PSOE, hoy, hay una ruptura entre militantes y dirigentes. ¿Cuál es el futuro?

Ha sido una operación en la que han participado miles de personas. La amplitud es increíble. Y la demostración de que un viejo partido es capaz de generar una catarsis de renovación. Las expresiones que hay ahora, tanto Podemos como Ciudadanos, son expresiones que surgen ante la imposibilidad de que los partidos tradicionales se adecuen a la nueva realidad.