«La mejor receta para no ver a Iglesias en La Moncloa es no votar a Pedro Sánchez»

Javier Maroto (Vitoria, 1972) para poco en el despacho de Génova. Lo justo para la entrevista. Cuando Mariano Rajoy le reclamó, junto con otros tres compañeros, para ser la imagen del nuevo PP que quiere volver a gobernar tras evitar que España fuera otro Titanic europeo (la metáfora es de él), le encomendó el área sectorial. Es decir, hablar con la calle. Por eso no se le cae de la boca un concepto: ruta social. Esto es, empleo, pensiones y apoyo a los desfavorecidos. O lo que es lo mismo: recuperar la confianza de los dos millones y medio de votantes que decidieron castigar al PP quedándose en sus casas el 24 de mayo. Del nuevo mapa político hablamos.

-Usted, que ha sido alcalde de Vitoria, ¿que sintió hace unas horas cuando vio cómo se retiraba del salón de plenos del Ayuntamiento de Barcelona, y se le arrumbaba en una caja de cartón, el busto de Juan Carlos I?

-Pensé: otra más. Estos alcaldes de la nueva política lo que hacen es postureo. Creen que la nueva política es ir el primer día en bici o retirar un busto. Pero la política de verdad consiste en sacar las castañas del fuego a la gente.

-¿Son efectivas esas imágenes?

-Estas fotos-portada que quieren tapar la ausencia de programas van a acabar. A estos de la nueva política se les va a caer la careta muy rápido.

-¿Le preocupa que la foto-portada se traslade a La Moncloa en meses?

-Estoy preocupado yo como lo están miles y miles de votantes de buena fe del PSOE. Podemos solo podrá influir en España si Pedro Sánchez se compincha con ellos. Por eso el mensaje que queremos dar, con humildad y con cariño, al votante socialista, es que en esta ocasión tiene una alternativa distinta, que es la que queremos ofrecer en este PP más de centro y más cercano. La mejor receta para no ver a una Ada Colau o un Pablo Iglesias en La Moncloa es no votar a Pedro Sánchez.

-¿Lo saben los electores de Sánchez?

-Lo que trae Podemos son fotografías como las de los pensionistas griegos. Y eso podría ocurrir en España si Sánchez se coaliga con ellos.

-¿Pero reconoce alguna responsabilidad al PP en el nuevo mapa electoral?

-El PP ha gobernado a un país que tenía una crisis de caballo. Cuando uno trata de solventar una crisis así y muchos otros partidos piden el rescate social... Porque quiero recordarle que entre los expertos que ahora rodean a Sánchez están los que pedían el rescate social. Es el caso también de Garicano, ahora en Ciudadanos. Y pedir el rescate social, para que se sepa, es pedir que se bajen un 20% las pensiones y que se rebajen las prestaciones por desempleo a los parados. Y el PP dijo que no, que la línea roja eran las pensiones y que no se tocaban.

-Pero no se supo convencer, ¿no?

-Sí, hay muchas personas que votaron hace cuatro años al PP que ahora estaban bastante molestas con las siglas.

-¿Las entiende?

-Hay que ponerse en su lugar. Hay muchos españoles que nos piden que cambiemos un poco porque «queremos volver a votaros». Y les tenemos que dar argumentos de peso.

-¿Los tienen?

-El cumplimiento de algunas cuestiones fundamentales. Por ejemplo, el empleo y los impuestos. El cambio de ciclo en la reducción de desempleo ha venido para quedarse. Y eso es una realidad. Hoy uno de cada cinco nuevos empleos es para un parado de larga duración. Con todo el esfuerzo que se ha hecho, ahora ¿quién tiene que percibir todo ese esfuerzo?, pues las personas que peor lo están pasando, tienen que notarlo en sus casas, tienen que verlo en sus familias... Es nuestra obligación explicarlo en la calle.

-¿Tienen alguna otra carta social escondida de aquí a las elecciones?

-La clave está en mejorar el empleo, y poner el foco en las mujeres, en los jóvenes y en los parados de larga duración. También son fundamentales las pensiones. Nos vamos a ocupar de las víctimas de violencia de género, de la discapacidad y de los empleados públicos. A ellos se les ha pedido un esfuerzo y nuestro compromiso es devolvérselo. No les redujimos el sueldo, como el PSOE, pero les hemos congelado la nómina y eliminado la paga extra. Y hay que devolvérsela. Es suya.

-¿Antes de las generales?

-Hay que esperar al día 4 de agosto, que se presentan los Presupuestos.

-¿Y para explicar esas medidas es necesario hacerlo sin corbata y en vaqueros?

-Mi respuesta es claramente no. Porque lo nuevo del PP no es ir en vaqueros y sin corbata; ni son las nuevas caras; ni el logo; lo nuevo del PP son las nuevas propuestas y las ganas y la ilusión por dar mensajes positivos a nuestro país. No vale solo con decir: «Mira lo bien que lo hemos hecho». De ahí la ruta social, que es fundamental.

-¿Rajoy es el candidato del nuevo PP?

-Sí. Cuando uno va por la playa de la Concha, puede llevar en la barca de plástico un timonel que acaba de sacarse el cursillo. Pero cuando tenemos un trasatlántico en medio de una tormenta salvaje, yo quiero un timonel de primera, que no esté dando bandazos, y todo eso es Mariano Rajoy.

-¿Por qué antes no iban a las tertulias y ahora no se pierden una?

-Para ganar las elecciones hay que tener un buen proyecto, un buen mensaje, hay que tener credibilidad, pero hay que tener un canal. Y el canal es la calle, el barrio, la ciudad, y son los medios de comunicación. Yo soy partidario de ir a los medios siempre: porque en las tertulias siempre se habla. Y hay dos opciones: que hablen de ti sin estar o estar y dar tus argumentos. Y yo soy partidario de lo segundo.

-¿Se fía de Ciudadanos?

-Mucha gente cree que Ciudadanos es el PP light. Pues ni mucho menos. Un votante descontento del PP que ha apoyado a Ciudadanos debe saber que ese voto ha servido, y con acierto, para que gobierne Cristina Cifuentes en Madrid; pero para que lo haga también Susana Díaz en la Junta de Andalucía o para colocar a Podemos en la Diputación de Toledo.

-La crisis parece enderezada, pero ¿y la corrupción en el PP? ¿Sigue pasando factura?

-La corrupción (la del PP, la del PNV, la del PSOE, la de Bildu, la de CiU...) lo que está generando es un daño terrible al propio sistema. La corrupción no se arregla con el «y tú más», sino pidiendo perdón, como se ha hecho, y expulsando a los que hemos pillado con las manos en la masa. Y tomando medidas para que no vuelva a ocurrir.

-Conoce muy bien su tierra, el País Vasco. ¿Le recuerda el desafío de Mas al nacionalismo vasco?

-Yo recuerdo el Plan Ibarretxe, que fue un desafío de primer orden, y lo que se hizo en ese momento es un acuerdo entre PSOE y el PP, gracias a la generosidad de Antonio Basagoiti, que no pidió nada a cambio. Y el Plan Ibarretxe desapareció.

-Ya, pero no parece ahora ese el escenario. ¿Qué decisión tendría que tomar Rajoy el 28 de septiembre?

-A Mas hay que decirle no, y punto. Dejárselo bien claro, pero no estar todo el día haciéndole el caldo gordo. Los nacionalistas lo que hacen es levantarse a las ocho de la mañana, diseñar una frase de las que irritan, y todos después se ponen a hacer comentario de texto de su frase.

-¿Y Alicia Sánchez-Camacho es la mejor candidata del PP en Cataluña?

-No se ha tratado ese tema en el comité de dirección. Lo que hay que hacer es acertar en el candidato, en el programa y en las formas.

-Hablaron en la Conferencia política de primarias, pero no concretaron.

-Se abrió el debate en la Conferencia y se concretará en el Congreso. La mejor manera de elegir es: un afiliado, un voto. Pero que no nos tomen el pelo. Porque Pablo Iglesias habla de primarias y luego le van a votar a él su prima y dos más. Como en Ciudadanos o en el PSOE, que cambia al candidato de Madrid si no le gusta.