Artur Mas, presidente de la Generalitat y de CIU, junto a la candidata a la alcaldía de Vic, Anna Erra y el secretario general de CiU y UDC, Ramon Espadaler
Artur Mas, presidente de la Generalitat y de CIU, junto a la candidata a la alcaldía de Vic, Anna Erra y el secretario general de CiU y UDC, Ramon Espadaler - efe
SÍMBOLOS POLÍTICOS DE ESPAÑA

La señera se adueña de la campaña de CiU y queda al margen de la de Junqueras

CiU moderniza su logo tras el escándalo del «caso Pujol» en un intento por imitar a ERC, cuyo líder, sin embargo, excluye el símbolo de su formación de sus carteles electorales

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Convergencia i Unió (CiU) afronta las que quizás sean sus últimas elecciones municipales como federación con la señera, la bandera catalana, más protagonista que nunca. No es sólo una figura retórica: la unión de partidos que sostiene a Artur Mas en el Palau de la Generalitat ha modificado sus señas de identidad para dar un papel central a la bandera catalana, que pasa a estar señalada descaradamente por una flecha. Un gesto más de que sus líderes prentenden eclipsar con el debate identitario la campaña de las municipales.

«El ideograma de la sonrisa desaparece. Ahora el primer elemento que compone este imagotipo múltiple es una flecha unidireccional que señala al segundo elemento, la señera inscrita en un círculo. La flecha que elimina la frívola sonrisa mantiene su idéntica curva con lo que logra suavizar la percepción del cambio y crear continuidad», explica Miguel Gosálvez, director de GW Creativos y profesor del Instituto de Gobierno y Marketing Político (Cigmap) de la Universidad Camilo José Cela.

La histórica federación no afronta la cita con las urnas en su mejor momento. Las tensiones entre Convergència, liderada por un Artur Mas que apuesta sin tapujos por la independencia, y Unió, cuyo líder, Durán i Lleida, votó «no» a ser un Estado independiente en la pseudoconsulta del pasado 9 de noviembre, han puesto al borde del divorcio al que hasta ahora era un exitoso matrimonio, que ha gobernado Cataluña casi sin excepción desde la Transición.

Estas desavenencias han supuesto que ambas formaciones se hayan presentado por separado en algunos municipios, como adelantaba ABC hace varios días, ante las dificultades de presentarse como un partido netamente independentista ante el ala más radical del electorado.

El daño del «Caso Pujol»

El identitario no es, sin embargo, el único motivo de la federación para actualizar sus emblemas. El «caso Pujol», que estalló en julio del año pasado, cuando el expresidente catalán e histórico líder convergente Jordi Pujol admitió tener dinero en el extranjero sin regularizar, dañó en lo más hondo a Convèrgencia, una marca que de hecho ya ni siquiera existe en la red, tras ser sustituida por la nueva «Convergents».

CiU ha pretendido así seguir los pasos de su principal rival en la conquista del liderazgo político del independentismo, Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), que mantiene la señera en un lugar preponderante desde su fundación en 1931. Una bandera que, sin embargo, no aparecerá en los carteles electorales de su líder, candidato a la reelección en San Vicente dels Horts. Y es que Oriol Junqueras se presenta en coalición con Vicentins Pel Canvi, una opción que le ha permitido mantener al margen a la cuatribarrada en un municipio con amplia mayoría castellanohablante y de tradición socialista y comunista.

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