Uno de los imputados explicó que solo ponen bridas (amarres en las muñecas) a los inmigrantes que saltan «cuando vemos que es bastante violento y por seguridad nuestra», dejando claro que no es una práctica habitual. También concretó una obviedad a preguntas del juez Emilio Lamo de Espinosa.
«No se hace lectura de derechos» a los extranjeros en un salto masivo ni en una entrega o devolución instantánea a Marruecos dado que ese supuesto no está recogido de forma expresa en la Ley de Extranjería. «No se mantiene conversación. Ni le digo nada. Ni le insulto. No le dirijo la palabra. Absolutamente nada. De lo único que me encargo es de hacer el rechazo».
«No les dirijo la palabra. No les digo nada. Ni les insulto»
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