Un café con Pablo Casado Blanco, portavoz del PP en la campaña electoral
Un café con Pablo Casado Blanco, portavoz del PP en la campaña electoral - jaime garcía
Pablo Casado

«Podemos sí tiene pasado y está en YouTube»

En cuanto te descuidas, el penúltimo media-star del PP te convence de que Rajoy ha hecho un milagro en la Tierra. Entusiasta, portento académico, a Pablo Casado solo le tiembla el discurso cuando le toca hablar de Bárcenas

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Quedo con Pablo Casado dispuesta a comprobar si es la versión pija fabricada por el PP para contraprogramar a Pablo Iglesiaso si, como dice mi compañera Nati Villanueva, el chico vale oro y da gloria escucharle. Gana ella. Y gana él, porque el penúltimo tertuliano estrella del PP tiene un arte asombroso en el cara a cara para contagiar entusiasmo y para convencerte en cuanto te descuides de que Mariano Rajoy ha hecho un milagro en la Tierra. Es un empático profesional, amén del primero de la clase. Pero eso se ve por la pantalla.

En una hora sin parar de hablar solo le descubro un pecado de bulto: Bárcenas. Le interrogo por lo incómodo que tiene que ser ir sacudiéndose de plató en plató la sombra ajena del extesorero y me cuenta la fábula del garbanzo negro que avergüenza a la familia popular.

Le digo que eso no se lo cree nadie y que él lo sabe. Y Pablo Casado se lamenta de que tienen que explicarse mejor, que hay que repetirlo todos los días... pero antes de medio segundo me está recitando los balances del INE, la EPA y Eurostat que bendicen el sacrificio de "los españoles que se han apretado el cinturón hasta el último agujero”. Con certeza total, este señor llegará ministro, como poco. Y si no, al tiempo.

Pablo Casado, (Palencia, 1981) es un creyente de la recuperación económica. A decir verdad, cuesta frenarle cuando se abalanza con la micro y la macro, los 1.200 nuevos afiliados diarios a la Seguridad Social o la reforma laboral y el fotógrafo tiene que interrumpirle ya por las bravas para que nos diga qué café va a tomar, que hace falta que tenga una taza en la mano para la foto. «Cortado», reacciona como el rayo. Y sigue con la economía. Le pregunto si ha recibido lecciones de telegenia en el partido para dar bien en la tele y decir lo que hay que decir y me contesta que no.

Es de primero de Comunicación Política no dejarse distraer por las derivas del entrevistador y vender el mensaje que tú quieres vender, el que dominas y te conviene. Y Casado lo cumple a la perfección: no suelta los números de la España post-crisis. No solo eso, sino que, como el que no quiere la cosa, saca a relucir él solo a Podemos para sentenciar que con ellos se acabará el camino de luz y sobrevendría la noche oscura del caos para siempre. «Vamos a asaltar el cielo... ¡oiga mire!, lo que hay que hacer es acabar con el paro». «Sin haber gestionado un euro de dinero público ya tienen cuatro o cinco casos escandalosos». «¿Medio millón por un informe en consultoría?. Ni Keynes ni Friedman en sus mejores tiempos... pretenden que nos creamos que eso no era para financiar el partido». «Podemos sí tiene un pasado: está en YouTube». El del PP encadena con naturalidad pasmosa frases que parecen cinceladas aposta para el total del noticiero y los titulares de los periódicos. Vuelvo a inquirirle si todo esto se lo ha traído empollado del argumentario de Génova, y me repite de nuevo que no. Pues entonces se me ocurre que es él quien debería escribir los mensajes gancho del partido. A lo mejor ya lo hace. El fotógrafo le ruega que dé «un par de vueltas a la cuchara como si hubieras echado el azúcar» para tomar alguna instantánea más. Porque Pablo se ha olvidado del café. Yo también.

(No puedo evitar aquí calcar otra parrafada que le surge de repente: «No tenemos la arrogancia de la izquierda para pensar que tenemos la superioridad moral, pero sí la certeza de que nuestros principios han hecho progresar a la Humanidad». Me deja ojiplática).

Pablo Casado tiene 34 años recién cumplidos y es padre de una niña y de un niño de meses. Está en mi cuestionario que me cuente su vida, a que dedica el tiempo libre o cómo ha llevado este último año de salto a la primera línea. De hecho, una hora después de este café -que casi pasamos sin tomar café-, el lunes protagoniza por primera vez en solitario la rueda de prensa que semanalmente ofrece en Génova la secretaria general, María Dolores de Cospedal. «La jefa». Yo la biografía de Pablo Casado me la traigo leída, pero tengo curiosidad por saber qué resumen hace él, aunque no hay forma. Hago un par de intentos, pero no sé si por modestia, nada menciona de que tiene dos carreras, Derecho y Económicas, estudiadas ambas en universidades públicas de Madrid, que es a lo que daban los recursos en su casa, y que fueron solo el prólogo de un currículo abrumador en el que se acumulan estudios en el IESE, Deusto, Harvard o la Georgetown de Washington, por mencionar algunos.

Alguien que le quiere me dice que Pablo Casado es un caso parecido a Soraya Sáenz de Santamaría, un talento ajeno a la política que fue fichado por el PP -Aznar le puso a trabajar con él y ahora Rajoy- y se ha hecho a sí mismo. La última responsabilidad que le han encomendado es ser portavoz de campaña electoral de su partido. En las redes sociales, hombres y mujeres de su edad le fríen a insultos como si Casado descendiera de una estirpe y el cargo le hubiera caído por derechos de sangre azul. Como él zanja, «gajes del oficio».

Ver los comentarios