José Ramón Bauzá, Alberto Fabra e Ignacio González
José Ramón Bauzá, Alberto Fabra e Ignacio González - EFE

El dilema de las autonomías: cómo ganar votos sin incumplir el objetivo de déficit

Las elecciones autonómicas llevan a los presidentes a prometer bajadas de impuestos pese a la limitación del objetivo de déficit

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Con las incógnitas de Artur Mas y Susana Díaz y la necesidad de ganarse el favor de los votantes con las manos atadas por el objetivo de déficit. Así se presentan las elecciones autonómicas del 24 de mayo. Todos los municipios españoles y trece comunidades, todas salvo Galicia, País Vasco, Cataluña y Andalucía, convocarán a los ciudadanos a las urnas.

Los presidentes que repetirán candidatura no podrán ser tan generosos como otros años electorales. Buena parte de las comunidades volverán a incumplir en 2014 el objetivo de déficit del 1 por ciento fijado por el Gobierno. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha pedido medidas urgentes para siete de ellas. Y en 2015 el techo de gasto baja tres décimas hasta el 0,7 por ciento.

Pero el Gobierno, pese a haber aparcado la reforma de la financiación autonómica tan demandada por Madrid o Valencia, por ejemplo, ha aliviado la situación financiera de las comunidades al fijar en el 0 por ciento el interés de la deuda contraída con el Estado. Esto supondrá un ahorro de 7.400 millones de euros para el conjunto de las autonomías y entidades locales.

En ese escenario de estrecheces los dirigentes hacen lo posible por proponer rebajas fiscales. El extremeño José Antonio Monago, que quiere repetir candidatura, es uno de los más activos. En total, 12 comunidades han prometido bajar los impuestos. Solo cinco no modificarán el sistema tributario: Cataluña, Andalucía, Galicia, País Vasco y Navarra. En las cuatro primeras, en principio, no se celebrarán elecciones.

Incógnitas de Mas y Díaz

Aunque Artur Mas, que ya adelantó los comicios en 2012, podría convocar a los catalanes a una votación a la que le quiere dar un carácter plebiscitario como continuación de su desafío al Estado. El 9 de noviembre ya sacó las urnas para una consulta separatista que anuló el Tribunal Constitucional. Por esta convocatoria, el presidente catalán está acusado por la Fiscalía de los delitos de desobediencia grave, malversación, prevaricación y usurpación de funciones.

La otra incógnita es la de Susana Díaz. La presidenta de Andalucía, que lleva un tiempo moviéndole la silla al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, tendrá que decidir si permanece en la Junta o compite en las primarias socialistas para ser candidata a la presidencia del Gobierno.

Además del poco margen de maniobra para hacer promesas electorales, los dirigentes autonómicos deben hacer frente a la irrupción de Podemos. El desgaste de la crisis y el empuje del partido de Pablo Iglesias hacen que el PP pueda incluso perder la mayoría en plazas tan importantes como Madrid o la Comunidad Valenciana. Estas comunidades serán los escenariso principales en la batalla electoral y, a unos 150 días, Rajoy sigue sin confirmar si Ignacio González y Alberto Fabra serán los candidatos.

Quien sí repetirá es María Dolores de cospedal. La secretaria general del PP, la primera presidenta autonómica que anunció la reducción de tramos del IRPF, se presentará con una nueva ley electoral que reduce a 33 el número de escaños en las Cortes de Castilla-La Mancha.

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