El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante su intervención en un desayuno informativo
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante su intervención en un desayuno informativo - EFE

Las histriónicas propuestas de Pedro Sánchez

Celebrar «funerales de Estado» para las víctimas de violencia de género es la última de las ideas del secretario general del PSOE, que sus adversarios políticos tachan de «ocurrencias»

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Una ocurrencia en busca de titular o «falta de experiencia». Así calificaron, en bloque, la mayoría de Grupos políticos la última de las medidas «estrella» del secretario general del PSOE. Durante un desayuno informativo, Pedro Sánchez anunció ayer que su partido propondrá celebrar «funerales de Estado» para las víctimas de la violencia de género.

En esos funerales, explicó, estarían el Ejecutivo «y el presidente del Gobierno», y se celebrarían «en el momento en que se produzcan esos asesinatos». Una medida que no solo sorprendió a los cargos políticos: los lectores de ABC la consideraron «demagógica» en un 97,4%.

Más tarde, los socialistas se veían obligados a explicar la propuesta, vía comunicado, matizando que son «conscientes de que el Presidente del Gobierno, por agenda o por deseo de la familia no pueda estar en todos los funerales», pero insistían en que «el Gobierno debe estar representado dando ejemplo de forma decidida para erradicar esta lacra que nos atañe a todos y todas».

Pero las «peculiares» propuestas de Sánchez no acabaron ahí. Sánchez volvía a sorprender anunciando que exigiría a los diputados del Grupo Socialista que no cobren por asistir a tertulias. La medida se enmarcaba dentro de una iniciativa para «prohibir» que los diputados y senadores desarrollen otras actividades privadas mientras estén en el cargo.

Ya en su discurso tras ser proclamado secretario general, esbozó algunas de sus propuestas. Una de ellas, que ya anunció en campaña, era la eterna iniciativa socialista de revisar los acuerdos con la Iglesia. Aunque dijo que «el PSOE no es un partido anticlerical», sí aseguro que es un partido «laico», y que por tanto, iba a reivindicar esta postura si los socialistas alcanzan la presidencia del Gobierno.

También incidió entonces en que el partido socialista se preocupará más por la ecología en su nueva etapa, aunque está vez sin medidas concretas.

Pero una de sus histriónicas propuestas más llamativas, o al menos, más «televisiva», fue la que hizo mediante una llamada en directo al programa de televisión «Sálvame» para erradicar el Toro de la Vega. Y para recuperar, de paso, el voto de su presentador, Jorge Javier Vázquez, que había asegurado momentos antes que dejaría de apoyar al PSOE mientras defendiera festejos de este tipo.

Más tarde, en un acto en Zaragoza, reinvindicaba que no le gustan los toros, pero también añadía que no negará nunca a nadie, por ejemplo, «el gusto de ver torear a José Tomás».

Pero incluso antes de hacerse con la Secretaría del PSOE, Sánchez ya ganaba titulares con medidas sorprendentes. Siendo candidato propuso «poner fin a las puertas giratorias» entre la política y el sector privado porque «no puede ser que un ex presidente del Gobierno forme parte de empresas de sectores estratégicos». No es difícil encontrar entre su propio partido, tantos años al frente del Gobierno, a numerosos exministros e incluso al expresidente Felipe González ocupando puestos en Consejos de Administración de grandes empresas de esos «sectores estratégicos».

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