El domingo 27 tendrán lugar las elecciones al Parlamento catalán que, sin lugar a dudas tendrán una gran repercusión en la actualidad política del país. Los protagonistas del impacto que pueda tener esta jornada serán, sin duda, los 5.510.713 electores que tienen derecho a votar ese día.

Al igual que los procesos electorales celebrados el pasado 24 de mayo, los requisitos indispensables para poder ejercer el derecho es ser mayor de edad y estar inscritos en el censo electoral que se cerró el 1 de junio. Esto significa que, aunque cambiasen ahora su empadronamiento, no podrían ir a las urnas ese domingo. Entre estos más de 5 millones de posibles electores (ya que seguramente muchos no acudan ese día a su colegio electoral) cabe destacar que 164.240 podrán participar por primera vez en las elecciones autonómicas al haber cumplido 18 años desde la anterior votación, que se realizó en 2012.

Pero no solo son «catalanes» los que participarán en las elecciones. El Instituto Nacional de Estadística estima que, de estas personas que tienen derecho a voto, 1,94 millones no nacieron en territorio catalán aunque después se han inscrito en el registro de residentes.

Esto no excluye a los electores que viven en el extranjero, que, siempre que aparezcan en el registro de residentes-ausentes (CEAR), tuvieron la oportunidad de pedir su voto hasta el día 29 de agosto. Sin embargo, según los datos del INE, solo 20.836 de los 195.533 residentes catalanes que viven actualmente en el extranjero han realizado dicha solicitud. Esto supone que, menos de un 11% de ellos ejercerá su derecho. A su vez, las personas de nacionalidad extranjera que estén residiendo en Cataluña no tiene la opción de votar en estas elecciones de carácter autónomico, aunque si que pueden (parcialmente) en las elecciones de municipales.