Las catalanas, campo de pruebas para las generales

Los grandes partidos estrenan sus mensajes en clave nacional en la campaña del 27-S

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La campaña para las elecciones catalanas del 27-S empieza a sonar a ensayo de las generales del próximo diciembre. En sus primeros días de mítines han podido escucharse, mezclados con las referencias a Cataluña, otros mensajes en clave claramente nacional. Parece que los líderes de los principales partidos están aprovechando la campaña por los comicios autonómicos para empezar a calentar motores de cara a las generales. Y todo indica que, hasta entonces, España va a vivir en un permanente estado de campaña electoral.

Mariano Rajoy estuvo el domingo en Lérida, acompañando a su candidato catalán Xavier García Albiol en su mitin. Y no pudo evitar deslizar mensajes que insisten en esa imagen de radicalidad que quiere «colgarle» al PSOE, por sus pactos con partidos cercanos a Podemos o con la propia formación.

Frente a ese «radicalismo», él abogó por la moderación, una frase que se puede interpretar tanto con la vista puesta en el 27-S como más allá, en las elecciones generales de diciembre.

Desde la misma localidad, Lérida, el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, mezclaba también en su mitin ambas citas electorales, cuando hablaba de la corrupción y de echar «al hijo político de Pujol y al amigo de Bárcenas». Este asunto, uno de los puntos débiles del PP reconocido por sus propios dirigentes, será uno de los pilares sobre los que gire la estrategia electoral de los socialistas de cara a las generales.

Claro que no fue el único en extrapolar: Pablo Iglesias, el líder de Podemos, no se cortó y en su mitin en Barcelona cargó contra el PSOE -al que sabe que puede arrebatarle una buena cantidad de votantes- al señalar: «Me para mucha gente por la calle y me dice que ha sido votante socialista de toda la vida, pero esta vez me dicen que 'os voto a vosotros porque a mí no me toman el pelo más'». Y añadió: «Yo soy nieto de socialistas, y les digo: bienvenidos a casa».

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que ha dado el paso de mirar al gobierno de España saliendo para ello de Cataluña, ha vuelto allí por la campaña, en la que con un ojo mira la situación de la comunidad que vio nacer a su formación, y con otro la perspectiva que se abre a los «naranjas» en apenas tres meses, cuando pueden convertirse en la llave de la gobernabilidad para cualquiera de las dos grandes fuerzas políticas actuales.

«España -recordó, en esa clave nacional- ha sufrido muchos años de crisis, barbaridades, corrupción, denuncias y todos hemos estado de acuerdo en ese diagnóstico». Ahora, dice, llega la hora de explicar a los españoles «cómo vamos a evitar todo esto nosotros», y «este es el reto de los nuevos agentes políticos: hacerlo mejor que el PP y el PSOE».

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