Estas plataformas online ofrecen todo tipo de recursos para realizar creaciones propias de ropa, hogar, bisutería...
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Comercio electrónico

«Hazlo tú mismo»: una opción para convertir tu afición en un negocio en alza

Conoce las claves para emprender una plataforma DIY online que está teniendo un gran auge en España: 3 de cada 5 artesanos han logrado, a partir de la venta online de sus productos, convertirlo en su profesión

MADRID Actualizado: Guardar
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En los últimos años las startup del universo «Do It Yourself» (DIY) (en castellano, «hazlo tú mismo») están cambiando la forma de hacer negocio en el mundo de los artesanos y emprendedores. Caracterizadas por entender la empresa con un concepto alejado del tradicional, las firmas DIY están en auge. Es una corriente que nació hace más de diez años en EE.UU., aunque su origen se remonta a los años 60 y 70. «Tras el auge del movimiento hippie, la sociedad evolucionó y en los 90 surgieron los “bobos”, los bohemios burgueses; esto es, la clase media norteamericana que ganó mucho dinero con el estallido de las puntocom. Algo así como los hipsters modernos pero mucho más sofisticados», explica Susana Campuzano, directora del Programa de Gestión estratégica del Universo del Lujo de IE Business School.

Ahora, estas tendencias se han materializado en una «contracorriente que rechaza la tecnología», matiza Campuzano. En el «Do It Yourself» confluyen la co-creación y el prosumer, dos tendencias del marketing que fomentan diferentes relaciones entre empresa y consumidor. «La co-creación significa crear junto a las marcas. La idea es que el cliente colabore para darle sentido a su consumo y fidelizarse a la marca. El prosumer convierte al cliente en un experto que enseña a los demás cómo funciona», explica. En este sentido, «la empresa actúa como un coach que ofrece herramientas y claves para que el consumidor haga su propio producto». La idea que se esconde tras el DIY es «la de aprender un oficio, ser alguien que nunca te hubieras imaginado». Más allá, permite que de la relación entre cliente y producto surjan «historias que contar sobre una experiencia de aprendizaje o producción de un objeto», aclara esta experta.

Estas empresas rechazan la tecnología en un intento de reivindicar el valor de las cosas hechas a mano

En conclusión, surge como una filosofía que afecta a la creatividad, el arte y a la forma de ver el mundo; un rechazo a la tecnología que reivindica el valor de las cosas hechas a mano. Una de estas empresas es We Are Knitters. Una startup española que nació en 2011 de la mano de dos jóvenes emprendedores que «se lanzaron a la aventura de crear algo nuevo», explica Alberto Bravo, uno de sus fundadores. Se dedican a la lana y, en concreto, ofrecen a personas que no saben tejer la oportunidad de aprender y crear sus prendas. Son intermediarios y ofertan un kit que incluye lana, agujas y un patrón. Además, en su web cuentan con una sección de tutoriales para que el proceso sea totalmente interactivo. A pesar de la crisis, en cuatro años han crecido y operan en España, Francia, Alemania y Estados Unidos.

Hobby y negocio

«Internet se ha convertido en el mejor aliado de los emprendedores a la hora de convertir su hobby en un negocio», apunta Sonia Molina, directora general de DaWanda, otra de las startups DIY que opera en territorio nacional. Fue fundada en 2006 en Berlín. Seis años después llegó a España y tiene sede en otros cinco países europeos (Reino Unido, Italia, Polonia, Países Bajos y Francia). En la actualidad, cuenta con más de 5 millones de usuarios y 300.000 diseñadores. Su portal es un mercado online en el que además de productos hechos por artesanos, cada usuario puede encontrar el material para realizar sus creaciones. Las opciones son infinitas: bisutería, telas, ropa, muebles, objetos de decoración o cuadros...

Pero lanzarse a la creación de un proyecto de estas características también tiene retos. Adaptarse a la realidad de la artesanía es uno de ellos, más cuando muchas de estas empresas las dirigen «empresarios autónomos inexpertos en el mundo online», apunta Molina. «En muchas ocasiones, los artesanos no saben cómo sacar partido de su propia tienda online o de las redes sociales. Las estrategias y los canales de venta están dando un giro enorme gracias a las nuevas tecnologías. También es muy importante que estén abiertos a nuevos mercados y oportunidades», matiza. La venta online de este tipo de productos ha crecido un 150% respecto al año pasado y según estudios de esta empresa «3 de cada 5 emprendedores artesanos ha logrado, a partir de la venta online de sus productos, convertirlo en su profesión», explica esta experta. Y en España, concluye, aún hay mucho mercado por explotar.

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